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Colonia Tovar

Capital del municipio Tovar en el estado Aragua. Situada en las cabeceras del río Tuy, en la parte NE del estado. Su fundación en el año 1843 se debe al programa de colonización agraria promovido por el general José Antonio Páez, quien después de haber auspiciado la separación de Venezuela de la Gran Colombia, desea reconstruir la economía del despoblado país, sirviéndose de la inmigración. Su gobierno, escaso de medios económicos y de experiencias administrativas de esta clase, pero consciente de los beneficios de la inmigración (en particular observando lo que acontecía en Estados Unidos), intenta favorecer la entrada de europeos no españoles (antes prohibida por leyes emanadas de Madrid), a través de las tímidas disposiciones legales y contratos que pudieran celebrarlos primeros diplomáticos venezolanos en Londres o en París. Se trata más que todo de reconstruir la agricultura y la cría, estabilizar las poblaciones rurales e implantar la paz y el trabajo productivo allá donde antes imperaba la guerra y la destrucción. Desafortunadamente varios intentos no logran realizarse, o una vez iniciados, terminan en un fracaso, tanto en los tiempos de Páez como en los de Antonio Guzmán Blanco y hasta más tarde, destacándose como único caso donde se obtuvo un éxito relativo, el de la Colonia Tovar. Su fundación se debe directamente a Agustín Codazzi, quien como conocedor de la geografía del país, indica el lugar apropiado (más que todo por razones del clima templado), creyendo que a pesar de la inexistencia de las vías de comunicación y de una topografía accidentada (de montaña), ese asentamiento podría servir como colonia modelo para una acción más amplia que abarcaría en el futuro otros pueblos fundados por él o por sus sucesores. La estadía de Codazzi en París, donde se edita su Atlas de Venezuela, le permite estrechar relaciones con el agrimensor y litógrafo Alexander Benitz, oriundo de Keiserstuhl en la Selva Negra (Alemania). Gracias a este, a los créditos adelantados por el gobierno de Caracas y a la donación de tierras ofrecidas por Martín Tovar Ponte, logra traerse un grupo de 387 personas de aquella región alemana a Venezuela, empresa por lo demás compleja y llena de dificultades, tanto por la pobreza de los inmigrantes como por la penosa travesía del Atlántico en el buque francés Clemence, durante la cual estalla una epidemia de viruela y luego por el camino por tierra a través de la selva y las altas montañas, los problemas organizativos, la preparación del sitio, suministro de víveres y equipos para el arranque y supervivencia de la Colonia. No deja de ser significativo desde el punto de vista social el primer año de vida de estos inmigrantes, porque se asemejaban a una comunidad ideal tipo «falansterio». No había entre ellos otros valores de cambio que el trabajo en el campo y en la construcción de casas y de caminos, trabajo efectuado en gran parte en forma colectiva; se elige un Consejo Comunal, Gemeinderat, por medio de elecciones libres y espontáneas; se edita un boletín bilingüe, se cuenta con asistencia médica, se lleva adelante un estudio de los cultivos y de las técnicas agrarias apropiadas, se organiza la escuela para todos los niños de la comunidad, un almacén general, se procede a la construcción de la capilla, de la alfarería y del molino. Codazzi es responsable como empresario frente al gobierno, el cual le adelanta créditos en varias partidas hasta llegar a 100.000 pesos en total, mientras que el organizador del grupo y su jefe es Benitz, quien se establece en la misma Colonia. Además del primer grupo proveniente de Keiserstuhl y compuesto mayormente por familias católicas, llegan en 1851-1852 y hasta 1862, otras 90 personas gracias a la iniciativa del naturalista alemán Hermann Karsten, huésped en la Colonia en 1848, provenientes de Mecklemburgo, Hesse, Sajonia y Alsacia, en gran parte protestantes. Casi todos los padres de familia saben leer y escribir y son calificados artesanos. El 22 de marzo de 1852 los terrenos del pueblo fueron donados por su propietario Manuel Felipe de Tovar. Debido a la inexistencia de caminos y al poco interés que le prestan los gobiernos sucesivos, la Colonia Tovar permanece aislada del resto del país durante 100 años, teniendo lugar en ese lapso intentos de fuga y abandono de la tierra, carencia de una asistencia educacional, por lo cual la comunidad se vuelve en su mayoría analfabeta y desligada culturalmente del resto de Venezuela. Esta situación, junto con los «estatutos» redactados por el donante de las tierras, que las destina exclusivamente a los «colonos europeos», perdiéndose los derechos de propiedad por el matrimonio con venezolanos, crean una comunidad cerrada en sus propias costumbres, con un idioma arcaico (dialecto badense), étnicamente pura y emparentada entre sí en una forma siempre más estrecha. Las vicisitudes soportadas al principio se alivian al entrar en la bonanza cafetalera hacia finales del siglo XIX, abandonándose gradualmente los tradicionales cultivos europeos. Se forma una élite económica y cultural, entre la cual se destaca Gertrude Kohler Collin, dedicada a la enseñanza y a la asistencia médica de los colonos. Varios naturalistas alemanes visitan la Colonia, entre ellos el más famoso es Karl Moritz, residente en ella hasta el fin de su vida. Un botánico que también ofrece asistencia cultural y religiosa a la población. El esporádico envío de maestros o curas alemanes a la Colonia produce en los años 1918-1940 conflictos de índole cultural y político, particularmente por la presencia de los hermanos Aretz (uno maestro de escuela y el otro cura) y también por la errónea apreciación de la nacionalidad de los tovarenses. En el año 1943 se eleva la Colonia Tovar al rango de municipio, aboliendo los estatutos restrictivos, instaurando consejo comunal y juzgado y anexando varios caseríos circunvecinos a la población criolla o mixta. La apertura de la moderna carretera que une la Colonia con Caracas, en 1951-1963 permite también su mayor integración con el resto del país y la gradual penetración de la cultura criolla dentro del grupo antes encerrado en sí mismo, que no obstante ha conservado algunos elementos propios, tales como el idioma, el estricto régimen matrimonial, relativamente buena conservación del ambiente natural (bosques y aguas), altos índices productivos obtenidos de la agricultura intensiva (huertas, árboles frutales, principalmente duraznos, fresas, floricultura). Uno de los componentes esenciales del paisaje tovarense es su arquitectura, que se conserva en los edificios públicos, tales como la iglesia, la escuela, las bodegas y los molinos, las formas y las técnicas constructivas alemanas, mientras que las casas de vivienda son el resultado de la compenetración de técnicas tradicionales alemanas con las criollas (construcción de horcones), antiguamente se cubrían los techos con paja o en algunos casos con teja producida en la misma Colonia. La antigua cultura del trigo ha dejado huella en el horno de pan, común en muchas casas. Por decreto de fecha 16 de enero de 1964 se declaró a la Colonia Tovar como zona protegida, ejerciéndose control sobre la conservación de su ambiente natural y arquitectónico. La cercanía de Caracas la ha convertido en un importante centro turístico de masas, bien equipado en hoteles y restaurantes, lo cual comienza a transformar su economía agraria en la de servicios turísticos y hoteleros. Sitios de interés: la iglesia, el museo, el petroglifo Piedra de Jaguar. En 1990 censó 3.373 habs.

 

Tema relacionado: Colonias agrícolas.

Autor: Leszek Zawisza
Bibliografía directa: Acosta Félix Eugenio. Orígenes de la Colonia Tovar. [Caracas: s.n.], 1975; Asociación Cultural Humboldt. Boletín de la Colonia Tovar- Zeitschrift van der Colonia Tovar (1843-1845). Caracas: Asociación Cultural Humboldt, 1971; Colonia Tovar. junta de dirección y fomento. Escritura de donación, estatutos y datos históricos de la Colonia Tovar en Venezuela... Caracas: La Colonia, 1934; Fleitas Núñez, Germán. Colonos y colonieros de la Colonia Tovar. Villa de Cura: Gobierno del Estado Aragua, 1993; Jacobsen Ingrid y Karl Weidman. La Colonia Tovar. Caracas: Oscar Todmann Editores, 1992; Jahn, Alfredo, comp. Documentos para la historia de la Colonia Tovar. Caracas: Lit. y Tip. del Comercio, 1935; Jahn Montauban, Leopoldo. La Colonia Tovar y su gente. Caracas: Cromotip, 1990; Koch, Conrad. La Colonia Tovar: Geschichte und Kultur eines Alemannischen Siedlungin Venezuela. Chicago: Internationales Kulturinstitut, 1970; Rojas Hernández, Néstor. La Colonia Tovar: su historia. Colonia Tovar: s.n., 1931; Torrijos Carmona, Ricardo. La Colonia Tovar. Baruta: s.n., 1993; Zawisza, Leszek Alberto. Colonia Tovar, tierra venezolana. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1980.
Hemerografía: Soriano Lleras, Andrés. «Para la historia de la Colonia Tovar». En:Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas, núm.185, enero-marzo, 1964.
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