solo título
Fernández de Villalobos,   Gabriel
Cuenca (España) 31.10.1646 —
Argel (Argelia) d.1702

Marqués de Barinas y Guanaguanare. Contador mayor de las provincias de Caracas y Maracaibo. Aventurero. Escritor. Hijo de Pedro de Villalobos y Francisca de la Plaza Hidalgo. Entró muy joven al servicio del Rey: mayoral en un ingenio azucarero en Cuba, soldado, marinero, traficante de negros y agente contrabandista. Además naufragó varias veces, fue tomado preso y vendido como esclavo en Barbada, donde lo descubrieron unos traficantes que al comprobar sus conocimientos, lo rescatan con el propósito de que colabore como intermediario de negocios entre Curazao y Venezuela. Estableció en Curazao una agencia de comercio, para el tráfico no solo con Venezuela, sino también con Cartagena de Indias; vino a Venezuela en 2 oportunidades: 1663-1668 y 1672-1675. Entre los 2 viajes realizó uno de Lima (Perú) a Panamá (1671). Hizo fortuna con la agencia de comercio y el auge que tuvo lo llevó a viajar a Caracas y Maracaibo. En la primera de estas ciudades se casó con María Madera de los Ríos, y se estableció en Barinas. Tuvo fama de generoso, dadivoso y logró ser un personaje influyente en Venezuela; sin embargo, aunque era comerciante, se le tilda de intrigar en la política local y de favorecer el tráfico clandestino. Es llamado a la Corte por la regenta Mariana de Austria (1675); llega a Madrid en noviembre de ese año, precisamente en momentos de tensión política en España: regencia de Mariana de Austria y pretensiones de Juan José de Austria; Fernández de Villalobos se identifica con este y pasa a ser considerado consejero especial para los asuntos de América, experto en navegación y comercio además de prohombre político; sin embargo, su carácter rudo y franco no le ayuda, por lo que la reacción en su contra es visible; tiene que huir a Lisboa temiendo por su vida. Nuevamente es llamado a Madrid (1677), en momentos en que Juan José de Austria es nombrado por Carlos II, primer ministro; este le oye exponer las ideas de reforma económica y política para América, basadas en sus conocimientos prácticos de este medio. Forma parte de la Junta de 1677 y el año siguiente se le hace caballero de Santiago. Permanece en Madrid hasta 1683, prestando servicios en la administración de Medinacelli; en 1686, el rey Carlos II le concedió el título de marqués de Barinas y Guanaguanare, almirante y comendador de la orden de Santiago. Recelo, intrigas y desconfianza, se aúnan para que el Rey lo destierre a Cádiz (1689); desesperado, escribe con altanería y crudeza al propio Rey y a la reina Mariana. Este mismo año, en carta al Rey, le refiere que sus escritos sobre asuntos de América son muy voluminosos: relativos a la política, geografía y economía; establece en estas obras su interés y anhelo para América, en lo referente a erradicar el peculado, terminar con el acaparamiento de bienes y tierras, desarrollo del comercio libre, creación de una flota mercante, administración de justicia, protección de los indios y trato humano y cristiano para los negros esclavos. En su obra general sobre América, hay capítulos, en los que trata desde descripción geográfica de regiones (Orinoco, llanos), hasta recomendaciones para fortificación de ciudades (La Guaira, Cumaná, Caracas); pasando por consejos prácticos para el incremento de la producción de frutos y por ende del comercio. Llamado de nuevo a la Corte; responde de acuerdo con su carácter, con gran altivez y regresa a Cádiz; pero ya no se confía en él, por lo que es enviado preso al castillo de Santa Catalina (Cádiz) y a Orán y Mozalquivir (África); intenta fugarse y al ser descubierto se le conduce al castillo de San Andrés, más seguro; se queja al Rey de las condiciones de la prisión y es trasladado a una localidad más cómoda y decente (7.4.1697). No obstante, pide volver al castillo donde permanecerá hasta enero de 1698, cuando es trasladado a una casa de Orán que le servirá de cárcel y con estricta prohibición de salir de la ciudad; se escapa el 8 de febrero de 1698, escalando muros y embarcándose en una frágil barca de pesca que naufraga; llega nadando cerca del puerto de Areo, y se oculta; está viejo y casi ciego, lo que no le permite emprender grandes aventuras. Invoca la protección del alcalde de Mostazán, pero traicionado, se ve obligado a huir, es perseguido por órdenes de Carlos II, y se refugia en tierra de moros. Reaparece en Argel (1700) desde donde escribe a Luis XIV (1701) y a Felipe V (1702); estas cartas son la últimas referencias que se tienen de él. Se supone que murió en cautiverio. 

Autor: María Elena Parra Pardi
Bibliografía directa:

Fernández de Villalobos, Gabriel. Estado eclesiástico, político y militar de la América, o grandeza de Indias. Madrid: Instituto de Cooperación Iberoamericana Quinto Centenario, 1990;--. Vaticinios de la pérdida de las Indias y mano de relox. Caracas: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, [1949].

Bibliografía indirecta:

Díaz Sánchez, Ramón. El marqués de Fariñas. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1958.

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