Caracas 5.11.1801 —
Caracas 13.11.1884
Político y periodista, fundador del Partido Liberal. Hijo de Josefa Águeda García y de Antonio de Mata Guzmán, capitán del batallón de la Reina acuartelado en Caracas. En 1812, su padre, para alejarlo del teatro de la guerra, lo envía a España. En la Península, fue educado bajo la tutoría de preceptores liberales, quienes influyeron en la conformación de su pensamiento político. Regresó a Caracas en 1823, relacionándose con diversas personalidades de la vida nacional, tanto conservadores como liberales. El publicista Tomás Lander lo introdujo en el círculo liberal de la capital. Antonio Leocadio Guzmán inició su labor periodística en El Constitucional de Caracas (1824), cuyas páginas dieron cabida a artículos suyos con los cuales ganó pronta notoriedad al enfrentarse al militarismo dominante en el país. Sus opiniones le valieron un sometimiento a juicio por orden del general José Antonio Páez. En 1825, fundó el periódico El Argos. Su enjuiciamiento de la política -seguida en Bogotá por el vicepresidente Francisco de Paula Santander- le ganó muchos lectores caraqueños y lo acercó a Páez, quien le encomendó una misión ante el Libertador en el Perú. Allí escribió su Ojeada al proyecto de Constitución que El Libertador ha presentado a la República de Bolívar (1826), contentivo de elogiosos comentarios que -conjugados con una conversación erudita y actualizada- le conquistarían la confianza de Simón Bolívar. A partir de octubre de 1826, fecha en que Guzmán regresó nuevamente a Caracas, la dinámica política venezolana lo hizo fluctuar entre la fidelidad a Bolívar y los conciliábulos conspirativos de La Cosiata, a los cuales finalmente cedió. Actuó como secretario de la Asamblea convocada en 1829 por los conjurados caraqueños, que proclamó la separación de Venezuela de la Gran Colombia, desconoció la autoridad del Libertador y nombró a Páez jefe supremo de la República. En el gobierno estructurado por este (1830), Miguel Peña, artífice de la separación, fue nombrado titular de la Secretaría del Interior, Justicia y Policía; y Guzmán, oficial mayor de la misma. En julio, este último ocupó, a su vez, dicha Secretaría; y en 1831, como titular del cargo, presentó al Congreso la Memoria de ese despacho, en la cual hizo un análisis de las realidades económicas, políticas y sociales de Venezuela, presentando un verdadero proyecto nacional en cuyos lineamientos se contemplaban los principales problemas republicanos, así como algunas soluciones para ellos. En mayo de 1831, con motivo de la reorganización del gabinete, Guzmán regresa a su cargo anterior de oficial mayor. Ocasionalmente será encargado de la Secretaría por ausencias del ministro, hasta el acceso de José María Vargas a la presidencia (1835), cuando es llamado para integrar el nuevo gobierno como secretario de Estado en el mismo destino. Al estallar en julio de 1835 la Revolución de las Reformas, Guzmán adoptó ante la misma una actitud poco definida, por lo cual fue excluido del gabinete con la reorganización dispuesta por el presidente Vargas inmediatamente después de su regreso del exilio. De ninguna manera su retiro del gobierno significó un marginamiento de la política, pues, en su casa, Guzmán se reunía con sus amigos liberales para leer y discutir los libros y noticias procedentes de Europa y evaluar los acontecimientos nacionales. El 25 de mayo de 1839, durante la segunda presidencia de Páez, fue nombrado oficial auxiliar de Relaciones Exteriores, cargo del cual fue destituido en febrero de 1840, se cree que a instancias de su enemigo jurado de entonces, el líder conservador Ángel Quintero. Ese mismo año, al quedar libre de compromisos con el gobierno, Guzmán participó en la fundación de la Sociedad Liberal de Caracas y de su órgano de expresión, el periódico El Venezolano, cuya dirección asumió. Guzmán se reivindica para el liberalismo en las columnas de este periódico, a través de la profusa y aguda crítica que escribió, así como por la publicación de trabajos doctrinarios suyos y de otros articulistas a quienes dio acogida. Incluyó ataques directos contra Páez y su gobierno, contra los conservadores y en especial contra Ángel Quintero. Inició diversas polémicas contra otros miembros del Gobierno, partidarios del mismo, o contra enemigos que le salían al paso. Entre 1840 y 1845, desarrolló en El Venezolano una oposición combativa, firme en la proclamación de los principios que -al final de la vida del periódico (mayo 1845)- constituirían las bases programáticas del Gran Partido Liberal de Venezuela. Fue célebre el juicio incoado en su contra en 1844 por el director del Banco Nacional de Venezuela, Juan Pérez. Guzmán había emprendido una campaña periodística mediante la cual lo exponía al descrédito público entre acusaciones de agio, apropiación indebida de fondos, abusos de confianza y otros supuestos desmanes. Unos versos difamatorios publicados en El Relámpago, que era editado en la imprenta de El Venezolano, irritaron en extremo a Pérez, quien demandó a Guzmán por difamación ante el Jurado de Imprenta como responsable de aquella publicación. El 9 de febrero de 1844, día escogido por el tribunal para dictar sentencia, una tumultuosa manifestación popular se congregó frente al mismo. Como a las 10 p.m., la multitud invadió el local y rescató a Guzmán, paseándolo por las calles de Caracas como un héroe. Ello daba muestra de la popularidad alcanzada por él, la cual le serviría de base para ser elegido, en 1845, concejal de la municipalidad caraqueña. Hasta ese momento, había mantenido estrechas relaciones políticas y personales con Juan Vicente González, fundador, junto con él, de la Sociedad Liberal de Caracas y colaborador de El Venezolano. A fines de 1845, empezaron a distanciarse y González derivó hacia el Partido Conservador, hasta convertirse en el más acérrimo enemigo de Guzmán, a quien atacó en varios periódicos que redactaba. En septiembre de 1846 promovía Guzmán su candidatura presidencial, cuando fue planteada la posibilidad de una entrevista entre él y Páez, en Maracay, a fin de buscar un acuerdo propiciador del entendimiento entre los 2 grandes partidos contendores que calmara los ánimos, ya muy caldeados por la campaña electoral. Después de algunas dudas, Guzmán aceptó y emprendió camino a La Victoria acompañado por algunos liberales prominentes. En el trayecto se le fueron incorporando hombres, mujeres y niños de los pueblos y campos por donde pasaba, quienes, al llegar a La Victoria, formaban un numeroso contingente en actitud hostil. La entrevista entre Páez y Guzmán no llegó a celebrarse debido a la emergencia de movimientos armados que comprometían a bandos liberales en Aragua y Carabobo, amén de rumores, llevados hasta La Victoria, de un acuerdo conservador para apoyar la candidatura de José Tadeo Monagas a la presidencia de la República. Guzmán regresó a Caracas, donde fue detenido, acusado de ser conspirador de primera clase y sentenciado a muerte (marzo 1847). Al encargarse Monagas de la presidencia, le conmutó la pena de muerte por la de expulsión perpetua del territorio nacional (junio 1847). Ante la ruptura entre Monagas y Páez (enero 1848), Guzmán fue indultado. Regresó al país y fue nombrado por el propio Monagas, ministro del Interior y de Justicia (1849), asumiendo, luego, la vicepresidencia de la República. Bloqueado por el nepotismo de los hermanos Monagas, Guzmán fue débil aspirante a la presidencia en las elecciones de 1851, donde solo obtuvo 65 votos contra 203 a favor de José Gregorio Monagas. En 1853, aceptó una misión como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Venezuela ante los gobiernos de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. En el primero de estos países continuó una reclamación, iniciada el año anterior, sobre 1.000.000 de pesos que el Gobierno peruano le había ofrecido en 1825 al Libertador, asunto que originó una larga peripecia. Regresó a Venezuela a mediados de 1855, y a fines de ese año viajó a Estados Unidos con el mismo cargo. En 1858, después de haber apoyado el derrocamiento de José Tadeo Monagas, enfiló sus críticas contra el nuevo gobierno de Julián Castro desde las columnas del periódico La Convención. Expulsado del país junto con los principales jefes liberales, viajó a Trinidad. Durante el transcurso de la Guerra Federal (1859-1863), permaneció en el exterior; hasta principios de 1860 en las Antillas y luego en Nueva Granada, donde fundó el periódico El Colombiano, en el que dedicó atención preferente a la propaganda liberal y la reconstrucción de la Gran Colombia. En febrero de 1863, fue elegido diputado suplente por el departamento del Cauca a la Convención de Río Negro y como representante neogranadino suscribió la Constitución promulgada por los convencionistas. Regresó a Caracas en diciembre de 1863 para volver a Lima como ministro plenipotenciario. Nuevamente en Caracas, a principios de 1864, se incorpora al Congreso Constituyente de la Federación, a cuya presidencia es elevado. En junio de 1865 sale otra vez para el Perú, de donde pasa a Inglaterra en misión oficial relativa a la deuda pública externa venezolana. De vuelta a Caracas, en marzo de 1866, se reincorpora al Congreso y en 1867, vuelve a Europa. Regresa a Caracas en 1868. Ese año triunfa la denominada Revolución Azul; y con el nuevo gobierno monaguista, Guzmán sufre un breve exilio en Curazao (1869-1870), interrumpido por la Revolución de Abril de 1870 con la que su hijo, Antonio Guzmán Blanco, conquista el poder. En julio del mismo año, integra el Congreso de plenipotenciarios, reunido en Valencia; y como presidente del mismo, refrenda la consolidación del nuevo jefe de Venezuela. Durante los siguientes 14 años (1870-1884), Antonio Leocadio Guzmán vivirá opacado por la figura de Antonio, su hijo. Recibirá honores como el título de Ilustre Prócer de la Independencia Americana, otorgado por el Congreso Nacional (3.5.1873). En 1883 estará en la plaza El Venezolano de Caracas, cuando fue develada su propia estatua; y al concluir su tránsito vital, será uno de los primeros ocupantes del Panteón Nacional, donde fue sepultado el 18 de noviembre de 1884. Masón en grado 33.