solo título
Guzmán Blanco,   Antonio
Caracas 20.2.1829 —
París 28.7.1899

Abogado. Político, estadista, jefe militar de la Guerra Federal, caudillo del Partido Liberal Amarillo y presidente de la República en varias ocasiones entre 1870 y 1888. Hijo del político Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal, y de Carlota Blanco Jerez de Aristeguieta, emparentada con la familia de Simón Bolívar. Durante su infancia y adolescencia, Guzmán Blanco, primogénito de ese matrimonio, sufrirá, junto con su madre y hermanos, los avatares de la vida pública de su padre, poderoso unas veces y perseguido otras. Inicia sus estudios en Caracas en el colegio Independencia de Feliciano Montenegro y Colón. A los 19 años, hacia agosto-septiembre de 1848, desempeña su primer cargo público, como jefe de sección en la Secretaría de Relaciones Exteriores. En la Universidad Central de Venezuela cursa la carrera de derecho, alternando durante un tiempo los estudios con las actividades del funcionario. En 1854, era a la vez, miembro de las logias masónicas caraqueñas Concordia y Esperanza, y de la Sociedad de María. El 1 de marzo de 1856, es licenciado en derecho civil y el 14 de abril siguiente, recibe el título de abogado. Hacia esa época corteja a Luisa Teresa Giuseppi, nieta del general José Tadeo Monagas, presidente de la República por segunda vez, quien no aprueba esos amores. Poco después, Guzmán Blanco es nombrado cónsul de Venezuela en Filadelfia, de donde pasa con el mismo cargo a Nueva York y es luego secretario de la Legación en Washington. Dos años permanece en Estados Unidos.

Regresa en 1858, al caer el presidente Monagas y ve cómo su padre es arrestado y enviado al exilio en junio de ese año, junto con otros jefes del movimiento liberal, por el nuevo gobernante, general Julián Castro. En agosto, Guzmán Blanco es acusado de participar en la conspiración llamada La Galipanada y arrestado junto con otros opositores; se le somete a juicio y es absuelto, pero al poco tiempo, el 18 de septiembre de 1858, el Gobierno dispone su salida del país, como muchos otros ciudadanos considerados desafectos. Logra esconderse y protesta por escrito, ante las autoridades judiciales y la Convención Nacional reunida en Valencia, alegando que habiendo sido declarado inocente por los tribunales, no es legal su expulsión. El Diario de Avisos de Caracas publica sus protestas. Al fin, es capturado y desterrado el 8 de enero de 1859 a las Antillas. Allí se unió a los revolucionarios que encabezaban los generales Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón; su padre estaba cerca del primero, en tanto que Guzmán Blanco permanecía en el séquito del segundo. Después de haber sido proclamada la Federación en Coro el 20 de febrero de 1859 por el comandante Tirso Salaverría y del desembarco casi inmediato de Ezequiel Zamora en La Vela de Coro, hechos en los cuales no participó directamente, Guzmán Blanco se dirigió desde las Antillas a la región coriana para incorporarse a la lucha. El 15 de marzo, la goleta inglesa en la cual viajaba fue apresada ante La Vela de Coro por un buque de guerra del Gobierno central, pero el capitán inglés protestó y los dejaron regresar libremente a Curazao, donde se hallaba Falcón. Como el presidente Julián Castro había concedido una amnistía política y su gobierno había entrado en contacto, buscando un arreglo pacífico, con algunos jefes federalistas de Tierra Firme y con Falcón, este envió a Guzmán Blanco en misión a Caracas para explorar la opinión de sus copartidarios, en junio de aquel año, la decisión fue continuar las hostilidades. Cuando Falcón desembarcó en Palma Sola el 24 de julio, llevaba a su lado a Guzmán Blanco quien, como licenciado en derecho, fue designado auditor general del Ejército. Durante la campaña, ya como teniente coronel, aunque sin abandonar sus funciones jurídicas, participó en los combates sucesivos, hasta la toma de Barquisimeto el 3 de septiembre de 1859. En una imprenta existente en esa ciudad se empezó a publicar el periódico El Eco del Ejército, cuyo redactor era Guzmán Blanco. Como militar, como consejero político y como escritor, seguirá al lado de Falcón hasta que este se reúna con Zamora y participará, siendo ya coronel, en la batalla de Santa Inés (10.12.1859), la primera gran victoria de la Federación. El 10 de enero de 1860 se halla en el sitio de San Carlos y ve caer muerto ese día, muy cerca de él, al general Zamora.

Derrotados los federalistas en la batalla de Coplé (17.2.1860), donde actuaba ya como secretario general del Ejército mandado por Falcón, marcha con este a la Nueva Granada (Colombia). A mediados de abril de 1860, ambos están en Bogotá, donde Falcón publica el 15 de mayo un manifiesto en la redacción del cual participa Guzmán Blanco. De allí viajan a Cartagena y luego a la isla de Saint Thomas, donde se habían reunido muchos revolucionarios. Durante un año, Guzmán Blanco acompaña a su jefe en Saint Thomas, Curazao, Haití, Aruba y otros lugares en busca de recursos para organizar otra expedición. Esta desembarca en la región coriana, con el coronel Guzmán Blanco como secretario general, a comienzos de julio de 1861. La revolución toma nuevo impulso. Meses después, el general José Antonio Páez (quien había asumido la dictadura en Caracas), propuso una entrevista con el general Falcón para tratar de paz. Guzmán Blanco, quien había sido ascendido ya a general, acompañó a su jefe hasta el campo de Carabobo, donde se celebraron las conferencias a comienzos de diciembre de 1861, en las cuales intervino activamente, así como su contraparte, Pedro José Rojas, secretario general del Gobierno de Caracas; pero no hubo acuerdo. Al reanudarse en 1862 las hostilidades, Guzmán Blanco actúa cada vez más como militar, sin dejar de ser uno de los principales consejeros de Falcón. Durante la primera mitad de ese año combate en la región coriana, sucesivamente en Purureche (21.1.1862), La Peñita (2.4.1862), Caujarao (21.6.1862) y en el fracasado asalto a la ciudad de Coro el 26 de junio de 1862. El 16 de agosto siguiente, Falcón lo nombra jefe de todas las fuerzas federalistas de la región central. El 20 de septiembre está ya en Guatire y desde allí anuncia en una proclama que ha asumido «...la dirección general de la guerra en los estados Guárico, Carabobo, Aragua y Caracas...», a fin de darle unidad y concierto a las operaciones militares. A la vez que sigue combatiendo (acciones de Quebrada Seca, de Agua Blanca y de Guacamaya, cerca de La Victoria, en octubre y noviembre de 1862), inicia una campaña de persuasión escribiéndole a notables personajes como Fermín Toro (marzo 1863), a fin de incitarlos a derrocar la dictadura de José Antonio Páez, cuyas tropas habían sufrido varios reveses tanto en el centro como en otras regiones. Llega con su ejército a las cercanías de Caracas y, del 14 al 17 de abril de 1863, sostiene varios combates con los centralistas en la zona de San Antonio de los Altos y de San Pedro. Cuando se dispone a atacar la capital, recibe proposiciones de paz.

El 23 de abril él y Pedro José Rojas, segundo de Páez, se reúnen en la hacienda de Coche y el 24 firman el acuerdo conocido como Tratado de Coche, que entra definitivamente en vigencia el 22 de mayo de 1863. Poco después las fuerzas federalistas del centro entran en la capital con Guzmán Blanco a la cabeza. La Asamblea Nacional, prevista en el tratado, se reúne brevemente en La Victoria a mediados de junio, nombra a Falcón presidente provisional de la Federación venezolana y vicepresidente a Guzmán Blanco, «.. . sin que tal nombramiento [dice el acta] lo inhabilite para desempeñar, entre tanto, cualquier otro acto público...» Tenía, en ese momento, 34 años. El 25 de julio fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda en el primer gabinete del régimen federal triunfante y, el 8 de agosto de 1863, se embarcó en La Guaira hacia Europa, con la misión de contratar un empréstito. En septiembre está en Londres, donde negocia el empréstito, del cual obtiene una jugosa comisión personal declarada que él considera lícita. El 23 de noviembre de 1863 se halla de nuevo en Caracas y el 24 preside en esta ciudad la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, ante la cual renuncia a su cargo de vicepresidente de la República. Aprobado el empréstito por ese cuerpo, no sin resistencias y enardecidas polémicas, se encarga Guzmán Blanco nuevamente del ministerio de Hacienda y Relaciones Exteriores el 21 de enero de 1864, pero el 6 de febrero es nombrado otra vez por Falcón, ministro plenipotenciario ante las cortes de París, Madrid y Londres. En la primera de esas ciudades conoció a Napoleón III, a su esposa la emperatriz Eugenia y al duque de Morny, entre otros personajes. «...Observó con atención [escribe el historiador Rafael Armando Rojas] los progresos materiales que en el Viejo Mundo, y particularmente en Francia, se llevaban a cabo: la política ferrocarrilera de Napoleón; el establecimiento de institutos de crédito y de sociedades científicas, etc. Soñó poder realizar en Venezuela algunas de tales cosas y desde ese momento, concibió la idea de hacer de Caracas una copia, en pequeño, del París que bajo el barón Haussmann se estaba convirtiendo en una moderna y hermosa capital...».

A mediados de octubre de 1864 emprende el regreso desde París, y el 3 de noviembre desembarca en La Guaira. De allí pasa a Puerto Cabello, donde Falcón, deseoso de retirarse a Coro, lo designa presidente de la República encargado. Probablemente hacia esos días finales de 1864 o de comienzos de 1865, conoce en Caracas a Ana Teresa Ibarra Urbaneja, de quien se enamora y es correspondido; ella es hija del general Andrés Ibarra y de Anastasia Urbaneja. El 18 de marzo de 1865 el Congreso Nacional elige al mariscal Falcón presidente constitucional de los Estados Unidos de Venezuela y el 13 de mayo al general Guzmán Blanco primer designado (cargo que equivalía a vicepresidente de la República, con la diferencia de que vicepresidente había uno solo y los designados podían ser varios). El 3 de junio siguiente Falcón y Guzmán Blanco se juramentan ante el Congreso Nacional que preside Antonio Leocadio Guzmán. Poco después, Falcón sale en campaña hacia el Zulia y más tarde decide retirarse por un tiempo a Coro. Durante sus ausencias de la capital, Guzmán Blanco ejerce el poder en su condición de primer designado, del 8 de junio al 24 de julio de 1865 y del 3 de octubre de 1865 al 2 de mayo de 1866. Entre julio y octubre de 1865 desempeña las carteras de Guerra y Marina y de Relaciones Exteriores. En mayo de 1866 Falcón lo nombra comandante en jefe del Ejército. En los lapsos que ha ocupado interinamente la presidencia, en 1864-1866, ha dictado medidas para reorganizar la Hacienda Pública, crear una institución bancaria (Banco de Londres y de Venezuela), reglamentar la ley de crédito público, promover proyectos para la construcción de carreteras y de ferrocarriles, creando para ello diversas juntas de fomento. Como ministro de Relaciones Exteriores da instrucciones al agente diplomático de Venezuela en Bogotá, general Manuel Márquez, para negociar un acuerdo de límites con el Gobierno colombiano.

El 25 de mayo de 1866 Guzmán Blanco sale de nuevo hacia Europa como ministro plenipotenciario. Se instala en París donde realiza negociaciones con el Gobierno francés y los de Inglaterra, Dinamarca e Italia. Durante su permanencia allí, el Gobierno de Venezuela decide suspender el pago de la deuda externa, lo cual motiva una protesta pública de Guzmán Blanco y una polémica con el ministro de Relaciones Exteriores, que conducen a la destitución de aquel y su casi inmediata reposición en su cargo por orden de Falcón, entre septiembre y noviembre de 1866. A comienzos de 1867 volvió a Venezuela. En marzo de ese año fue presidente del Senado y en mayo asumió la comandancia de armas del Distrito Federal. El 13 de junio de 1867 el arzobispo Silvestre Guevara y Lira bendice en la catedral de Caracas su matrimonio con Ana Teresa Ibarra. Poco después, con el seudónimo Alfa, sostuvo una polémica periodística en defensa de la política del mariscal Falcón, que era criticada por el redactor de El Federalista, Ricardo Becerra. En septiembre y octubre de ese año es nombrado por Falcón jefe del Ejército encargado de enfrentar la revolución denominada La Genuina, que dirigen los generales Luciano y Natividad Mendoza; después de varias operaciones y de algunos combates menores, Guzmán Blanco obtuvo de ellos un sometimiento decoroso y su indulto por el presidente Falcón. En noviembre, este y Guzmán Blanco tuvieron serias divergencias acerca de las elecciones de 1868, al declararse el segundo en desacuerdo con la posible reelección del mariscal a la presidencia. A pesar de este enfrentamiento, Falcón lo nombró de nuevo ministro plenipotenciario en Europa, lo cual aceptó a condición de ser el cargo ad honórem. El 4 de diciembre de 1867 se embarca en La Guaira y el 24 está ya en París. Su esposa, con quien tendrá 11 hijos, permanece entonces en Caracas. Guzmán Blanco, además de cumplir sus obligaciones oficiales, visita Hamburgo, Berlín, Fráncfort, Nápoles, Roma, Madrid, Sevilla, Cádiz; pasa también por Suiza; su padre lo acompaña en parte del trayecto. Se ocupa ya de depositar una parte de su cuantiosa fortuna (que en 1870 será estimada en 5.000.000 de francos) en algún banco europeo. Sigue con atención, desde lejos, la política de Venezuela, donde en 1868 ha estallado la Revolución Azul. Triunfante esta, exiliado Falcón y entronizado nuevamente el general José Tadeo Monagas en el poder, Guzmán Blanco regresa a Venezuela el 1 de septiembre de 1868.

Durante un año, con la colaboración de su padre (quien llega a comienzos de 1869), se esforzará en crear una base propia de poder político, organizando la sociedad denominada Unión Liberal y financiando el periódico del mismo título que redacta Vicente Coronado. Esta vía se cierra el 14 de agosto de 1869, cuando una multitud de lincheros azuzados por los gobernantes Azules termina a pedradas una recepción que él y su esposa ofrecían aquella noche. Busca asilo en la Legación de Estados Unidos y su padre en la del Brasil; luego se dirigen a La Guaira y salen del país. En Curazao, Guzmán Blanco escribe una carta donde condena a los autores intelectuales del 14 de agosto, la cual se publica en La Opinión Nacional, periódico que meses más tarde se convertirá en el vocero oficioso del guzmancismo. Organiza en Curazao un movimiento revolucionario que logra el apoyo de numerosos caudillos nacionales o regionales de las filas federalistas, como José Ignacio Pulido, Joaquín Crespo, Matías Salazar, Francisco Linares Alcántara, Hermenegildo Zavarce, León Colina. El 14 de febrero de 1870, Guzmán Blanco desembarca en Curamichate (Edo. Falcón), se apodera de San Felipe y San Carlos, incorpora a su ejército numerosos contingentes mandados por aquellos jefes y se presenta ante Caracas, que toma a viva fuerza el 27 de abril. Este día se convierte en la fecha genésica de la que a partir de entonces Guzmán Blanco y sus partidarios llamarán la Revolución de Abril. Esta conquista militar de Caracas inicia el período guzmancista que, con algunos lapsos de reacción política e interinarias se prolongará hasta 1888.

Durante esos 18 años, la vida de Guzmán Blanco estará entrelazada con sus actividades de gobernante. Como tal, se hará llamar El Ilustre Americano y un historiador moderno, R.A. Rondón Márquez, lo ha calificado como «...el autócrata civilizador...». Sus 3 períodos de gobierno son conocidos como el Septenio (1870-1877), el Quinquenio (1879-1884) y el Bienio (1886-1888) aunque este último no lo completó. Ejerce el poder como caudillo triunfante desde abril de 1870 hasta que el Congreso de Plenipotenciarios convocado por él se reúne en Valencia y lo elige presidente interino de la República el 13 de julio del mismo año. Durante todo el resto de 1870 y a lo largo de 1871, se pone frecuentemente en campaña para combatir a los conservadores o Azules, cuya derrota definitiva ocurre en Caño Amarillo, en el Apure (5.1.1872). Poco después, en marzo, se rebela su copartidario el general Matías Salazar, quien es perseguido, capturado, juzgado por un Consejo de Guerra, condenado a muerte y fusilado el 17 de mayo de 1872 después de haber confirmado Guzmán Blanco la sentencia. A la vez que guerreaba, había dictado el decreto del 27 de junio de 1870 que establecía la educación primaria gratuita y obligatoria, y entrado en conflicto en septiembre del mismo año con la Iglesia católica, al ser expulsado de Venezuela el arzobispo Silvestre Guevara y Lira; en septiembre de 1872 extinguirá los seminarios y en mayo de 1874 los conventos de monjas. Entre tanto, el 1 de enero de 1873 puso en vigencia la Ley de Registro Civil y la de Matrimonio Civil; y aunque desde 1867 había contraído matrimonio eclesiástico, cumplió sus propias normas de gobernante al casarse de nuevo civilmente con Ana Teresa Ibarra el 14 de febrero de 1873. El 15 de abril de este mismo año el Congreso Nacional lo elige presidente constitucional por 4 años, y el 19 le da el título de Ilustre Americano Regenerador de Venezuela. Durante el Septenio reorganiza la Hacienda Nacional, promueve la formación de una Compañía de Crédito particular que hace negocios con el Estado (y de la cual él es uno de varios accionistas), realiza numerosas obras públicas, con la cooperación de las juntas de fomento o directamente a través del Ministerio de Obras Públicas, creado por él en 1874: carreteras, vías férreas, Capitolio y Palacio Federal, acueductos, cementerios, puentes, muelles, balneario de Macuto, basílica de Santa Ana y Santa Teresa, Templo Masónico de Caracas, fachada y paraninfo de la Universidad entre muchos otros. Manda también levantar en 1873 el I Censo Nacional y dispone la redacción de la Codificación Nacional. Transforma la antigua iglesia caraqueña de la Santísima Trinidad en Panteón Nacional (1874-1875). El 7 de noviembre de 1874 inaugura en la plaza Bolívar de Caracas la estatua ecuestre del Libertador que hoy existe en ella. En 1875 (28 octubre) y 1876 (1 enero) se inaugurarán en la capital 2 estatuas del propio Guzmán Blanco, una ecuestre entre la Universidad y el Capitolio y otra pedestre en la colina de El Calvario, decretadas, respectivamente, por el Congreso Nacional y por el Concejo Municipal de Caracas. Durante el Septenio, después de la derrota de los Azules y de la ejecución de Salazar, solo tuvo que enfrentar 2 alzamientos simultáneos, pero mal coordinados, a fines de 1874: el del general León Colina en Coro y el del general José Ignacio Pulido en el oriente; ambos habían sido develados en febrero de 1875. En 1876, coincidiendo casi con la inauguración del Templo Masónico de Caracas por Guzmán Blanco el 27 de abril, el Congreso Nacional debatió en mayo un proyecto para crear en Venezuela una Iglesia separada de la obediencia del Papado; Antonio Leocadio Guzmán escribió artículos promoviendo esa idea y su hijo el presidente publicó entonces el folleto titulado Independencia de la Iglesia venezolana de la Curia romana; pero en junio la crisis se resolvió con el nombramiento de un nuevo arzobispo, José Antonio Ponte, que sería consagrado meses después. El 28 de octubre de 1876 los restos mortales del Libertador, que reposaban en la capilla de la Santísima Trinidad de la catedral de Caracas, fueron conducidos solemnemente al Panteón Nacional. En diciembre del mismo año la Universidad Central de Venezuela le confirió a Guzmán Blanco, egresado de sus aulas como licenciado, el título honorario de doctor en derecho. Cuando se acercaba ya el fin de su presidencia, la Universidad lo eligió rector, cargo que duraba un trienio, del cual se posesionó el 5 de enero de 1877; de hecho, sus funciones fueron ejercidas por el vicerrector, el letrado Nicanor Borges. El 20 de febrero de 1877, día en que concluía su mandato, hizo entrega de la presidencia de la República al presidente de la Alta Corte Federal, de manos de quien la recibió pocos días después el general Francisco Linares Alcántara.

Nombrado ministro plenipotenciario ante varios gobiernos europeos, Guzmán Blanco emprende viaje con su familia el 18 de mayo de 1877; poco después, desde París, al observar los síntomas de la reacción que se manifiestan en Venezuela, renuncia al cargo diplomático. Establecido en la capital francesa, redacta su escrito En defensa del Septenio, que publicará en esa ciudad en 1878, y lleva una vida privada. En enero de 1879, después de recibir la noticia de que ha muerto el presidente Linares Alcántara, se entera de que sus estatuas han sido derribadas en Venezuela. Llamado por sus partidarios, quienes han iniciado la reacción a su favor, decide regresar. En un manifiesto a sus compatriotas, impreso en París en 1879, les recomienda convocar un Congreso de Plenipotenciarios para darle una nueva Constitución al país inspirándose en «...las instituciones de la libre y feliz Suiza...». El 21 de febrero de ese año desembarca en Puerto Cabello y de allí pasa a Valencia y luego a Caracas, donde asume el mando como director supremo de La Reivindicación; en todas partes es aclamado. Se inicia así el Quinquenio. Poco después publica en Caracas una hoja suelta titulada Para mis hijos: lista de los enemigos de mi nombre y de mi gloriaque [...] derribaron [...] las estatuas que me habían levantado la gratitud de los pueblos de Venezuela. El Congreso de Plenipotenciarios lo designa presidente de la República provisional el 10 de mayo y lo autoriza para volver a Europa a fin de traer a su familia. Antes de partir, había dividido el territorio nacional en 5 delegaciones militares, al frente de cada una de las cuales puso a un amigo probado: los generales Joaquín Crespo, Gregorio Cedeño, Jacinto Lara, hijo, Juan Bautista Araujo y José Eusebio Acosta. El 6 de junio se embarca para Francia. Poco después de su llegada a París es recibido por el presidente de la República Jules Grévy. En septiembre de ese año asiste en Bruselas (Bélgica) al Congreso de Americanistas como invitado de honor. Mientras está en Europa, sus estatuas son colocadas de nuevo en sus lugares el 28 de octubre de 1879. El 23 de noviembre siguiente desembarca en La Guaira con su esposa, hijos y acompañantes, y a comienzos de diciembre reasume la presidencia. Domina con dureza algunos alzamientos menores (como el del general José Pío Rebollo en Ciudad Bolívar) y desbarata una conspiración para asesinarle. El 13 de marzo de 1880 el Congreso Nacional lo elige presidente constitucional de los Estados Unidos de Venezuela. Durante el Quinquenio, las principales medidas de gobierno adoptadas por Guzmán Blanco fueron: la creación del bolívar de plata como unidad monetaria nacional (31.3.1879); la edición de las Memorias del general O'Leary; la aprobación de la Constitución de 1881, llamada «Suiza»; la declaratoria oficial del Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional (1881); la realización del II Censo Nacional (1881); la firma en Caracas de un acuerdo con Colombia para someter al arbitraje del rey de España Alfonso XII la cuestión de límites (1881); la conmemoración del centenario del nacimiento del Libertador (1883); la inauguración del ferrocarril Caracas-La Guaira (1883); la instalación de la Academia Venezolana de la Lengua (1883), además de la construcción de numerosas obras públicas, entre ellas la iniciación de varias líneas férreas en diversas regiones del país. En Caracas y Maracaibo se inauguraron, respectivamente, el teatro Guzmán Blanco (hoy Municipal) y el teatro Baralt. En la capital son bendecidos la segunda sección de la basílica de Santa Ana y Santa Teresa y el templo de la Santa Capilla. Se introduce el teléfono, poniendo en servicio la línea Caracas-La Guaira. Guzmán Blanco promovió durante esos años, como lo había hecho en su anterior mandato, la educación popular, las bellas artes y la publicación de libros. Notable fue la Exposición Nacional abierta en Caracas con motivo del centenario del nacimiento del Libertador, en 1883. La intervención personal del presidente en la sesión inaugural de la Academia de la Lengua, en la cual pronunció un discurso en su calidad de director de la misma, provocó una polémica literario-política con varios autores.

El 13 de febrero de 1882 el Consejo Federal (de acuerdo con la Constitución entonces vigente) lo había elegido presidente de la República para el bienio 1882-1884. Al expirar su mandato, influyó para que su sucesor durante el bienio 1884-1886 fuese el general Joaquín Crespo, a quien entregó el poder el 27 de abril de 1884. Nombrado, una vez más, ministro plenipotenciario ante varios gobiernos europeos, salió con su familia el 2 de junio de ese año. A fines de agosto llegó a Europa, después de haber hecho escala en Estados Unidos, fijando su residencia en Londres, donde presentó poco después sus credenciales a la reina Victoria y recibió, a fines de 1884, la noticia de que su padre había muerto en Caracas el 13 de noviembre. En Londres publicó en 1885 el libro El Libertador de la América del Sur, en defensa de la memoria de Bolívar que, juzgó, había sido irrespetada por el escritor argentino Pedro S. Lamas en su novela Silvia. Por esos días circuló una carta de Guzmán Blanco dirigida al periodista argentino Héctor F. Varela, amigo suyo residente en Europa, en la cual analizaba la situación política venezolana. Durante su ausencia renacían las críticas contra su política: una de las más llamativas fue la velada de la noche de Santa Florentina, celebrada en Caracas el 14 de marzo de 1885 por un grupo de jóvenes estudiantes que, so capa de honrar al desquiciado poeta popular Francisco Antonio Delpino y Lamas, hicieron una despiadada burla de Guzmán Blanco como escritor y como hombre público, que continuaron por la prensa con la publicación del libro La Delpiniada y el periódico El Delpinismo. Mientras tanto, Guzmán Blanco continuaba su actividad diplomática en Europa, a la vez que movía sus influencias en Venezuela a fin de ser elegido presidente para el período 1886-1888, aunque sin reconocerlo públicamente. En Londres, a comienzos de 1885, contrata con una empresa británica la construcción del ferrocarril Valencia-Puerto Cabello, que fue aprobado en abril por el Congreso Nacional. En noviembre de ese año viaja a Madrid para asistir en nombre de la República a los funerales de Alfonso XII. Allí conferencia con las autoridades sobre el arbitraje en el asunto de límites con Colombia, es homenajeado por Varela con un banquete al cual asiste, entre otros, el tribuno español Emilio Castelar, y es recibido por la Real Academia Española de la Lengua. En 1886 se instala en París, donde conferencia con el diplomático colombiano Carlos Holguín sobre el asunto de límites. También se dirige al Gobierno británico para pedir el cese de la ocupación ilegal de territorio venezolano por las autoridades y colonos de la Guayana Inglesa.

Entre tanto, en Venezuela, el movimiento pacífico de La Aclamación triunfa y Guzmán Blanco es elegido presidente de la República el 27 de marzo de 1886 por el Consejo Federal reunido en Caracas. Llega el 27 de agosto a La Guaira; con él desembarcan, además de su esposa Ana Teresa, su hija Carlota Guzmán Ibarra y su esposo el duque de Morny, con quien había casado en París. Guzmán Blanco toma posesión el 15 de septiembre de ese año. Se inicia así su período de gobierno llamado el Bienio, el cual, en la práctica, ejercerá menos de un año. Entre las principales actividades públicas desarrolladas en ese lapso figuran: la inauguración de la Casa de la Moneda (o Cuño) de Caracas (1886); el rompimiento de relaciones diplomáticas con Inglaterra, al negarse esta nación a evacuar el territorio que ocupaba entre el Amacuro y el Pomerón (1887); la creación de la Imprenta Nacional (1887) y la iniciación o inauguración de algunas obras públicas, tales como puentes y acueductos, en la capital y otras poblaciones; la construcción de vías férreas se aceleró también. Pero la actividad partidista acaparó la mayor parte de su tiempo. Hubo una conjura para asesinarlo hacia marzo de 1887 y poco después se produjo su ruptura política con el general Crespo. Los jóvenes de La Delpiniada volvieron a publicar su periódico El Delpinismo y otros más agresivos, agrupados en el Partido Nacional Democrático, editaron el diario El Yunque, abiertamente antiguzmancista. A consecuencia de estos hechos, y especialmente de la actitud de Crespo, decidió retirarse momentáneamente de la escena política.

El 8 de agosto de 1887 entregó el poder al general Hermógenes López (a quien le correspondía sucederle interinamente por estar a la cabeza del Consejo Federal), y el 11 salió hacia Europa, vía Nueva York, con su familia. Una vez más lleva la investidura de ministro plenipotenciario en varios países de Europa y también la de agente confidencial en Inglaterra, nación con la cual seguían rotas las relaciones diplomáticas. Guzmán Blanco se instala en París, y desde allí envía al Museo Nacional varios objetos históricos que pertenecieron al Libertador, entre ellos la medalla de Boyacá. Desde mediados de 1887 hasta julio de 1889, sin dejar de atender otros asuntos diplomáticos (como el del arbitraje español en el litigio fronterizo con Colombia), concentra sus esfuerzos en el conflicto de Venezuela con Inglaterra por los límites con su colonia guayanesa. Valiéndose de intermediarios, plantea al Gobierno de Londres que la frontera debe fijarse en el río Esequibo. Mientras tanto, se esfuerza en mantener su influjo político en Venezuela a través de su correspondencia con el nuevo presidente de la República Juan Pablo Rojas Paúl, y otros personajes, así como mediante documentos públicos como su manifiesto la nación, impreso en París en 1889. Ese año aparece en la misma ciudad su folleto Apoteosis del general Páez, en el cual alaba las hazañas militares del difunto prócer pero critica su actuación política. En julio de 1889, después de un conflicto con el gobierno de Rojas Paúl, renuncia a sus cargos diplomáticos. En octubre, sus estatuas son demolidas de nuevo en Caracas. Guzmán Blanco quien no regresará más a Venezuela, fija su residencia en Francia. Hacia 1888 su fortuna era calculada en unos 100.000.000 de francos. Se dedica, al parecer, a escribir sus memorias (cuyo paradero se ignora hoy) y entre 1890 y 1896, publica varios folletos sobre la cuestión de límites, especialmente los de Guayana. En 1894 ven la luz en París sus libros En defensa de la causa liberal y Muerte del general Ezequiel Zamora. En 1896 vuelve sobre este tema con su obra Exhumación y apoteosis del general Ezequiel Zamora. Sus últimos años transcurren en París, donde aún reposan sus restos en el cementerio, cerca de Trocadero. 

Autor: Manuel Pérez Vila
Bibliografía directa: Guzmán Blanco, Antonio. A la nación. París: Imprimerie de C. Pariset, 1889; -. Apoteosis del general Páez. París: Imprimerie de C. Pariset, 1889; -. Correspondencia del general Guzmán Blanco, 1879. París: Imprimerie de Pablo Dupont, 1879; -. Discurso de instalación de la Academia Venezolana, pronunciado por su director el general Guzmán Blanco, el día 27 de julio de 1883. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1883; -. Discurso inaugural (de la Academia Venezolana de la Lengua): su crítica y su defensa. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1883; -. Discurso pronunciado en sesión del 13 de enero de 1834. Caracas: Imprenta de Valentín Espinal, 1854; -. Discursos. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1883; -. En defensa de la causa liberal. 2a ed. París: Imprimerie Lahure, 1894; - . En defensa del Septenio. París: Imprenta de Pablo Dupont, 1878; -. El general Guzmán Blanco, expresidente, ilustre americano, pacificador y regenerador de Venezuela, etc., etc., etc., a sus conciudadanos. París: Imprenta Administrativa de Pablo Dupont, 1879; -. El Libertador de la América del Sur. Londres: Rankenand Co., 1885; -. Independencia de la Iglesia Venezolana de la Curia Romana. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1876; -. Límites de los EE. UU. de Venezuela. París: Imprenta de A. Lahure, 1891; -. Límites guayaneses entre los EE.UU. de Venezuela y la Gran Bretaña. París: Imprenta Sudamericana, 1896; -.Muerte del general Ezequiel Zamora. París: Imprenta de A. Lahure, 1894; -. Para mis hijos: lista de los enemigos de mi nombre y de mi gloria, que amotinados en forma de convención revolucionaria, derribaron en un día de anarquía las estatuas que me había levantado la gratitud de los pueblos de Venezuela. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional.
Bibliografía indirecta: Aldrey, Fausto Teodoro de y Rafael Hernández. Rasgos biográficos para la historia de la vida pública del general Guzmán Blanco. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1876; Briceño, Manuel. Los ilustres: o la estafa de los Guzmanes. Caracas: Ediciones Fe y Cultura, 1953; Castellanos, Rafael Ramón. Guzmán Blanco íntimo. Caracas: Publicaciones Seleven, 1980; Cova, Jesús Antonio. Guzmán Blanco, su vida y su obra. Caracas: Ávila Gráfica, 1950; Díaz Sánchez, Ramón. Dos rostros de Venezuela. [Ensayo histórico biográfico sobre Ezequiel Zamora y Antonio Guzmán Blanco], Caracas: Asociación de Escritores Venezolanos, 1949;--. Guzmán, elipse de una ambición de poder. 5a ed. Caracas: Edime, 1975. 2 vols.;--. Guzmán Blanco: prototipo de la burguesía liberal. Caracas: Edime, [1968]; García López, Ana Belén y Carmen Rico Sánchez. Antonio Guzmán Blanco: el ilustre americano. Madrid: Anaya, 1978; González Guinán, Francisco. Mis memorias. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1964; La Federación y la guerra: historiografía. Caracas: Oficina Central de Información, 1976; Harwich Vallenilla, Nikita. Guzmán Blanco y la modernización. Caracas: Historiadores Sociedad Civil, s.f.; Landaeta, José D. El ilustre americano regenerador de Venezuela, general A. Guzmán Blanco; El general Matías Salazar; El doctor Felipe Larrazábal panegirista y detractor a la vez. Maracaibo: Imprenta de El Liberal, 1873;--. Hoja de servicios del general Antonio Guzmán Blanco. Caracas: Imprenta Federación, 1899; Mujica, Héctor. La historia en una silla: ¿Quiénes fueron los Guzmán? 2a ed. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1982; Rojas Paúl, Juan Pablo. Guzmán Blanco y Crespo: la cacareada reacción contra la causa liberal. Curazao: s.n., 1894; Polanco Alcántara, Tomás. Guzmán Blanco: tragedia en seis partes y un epílogo. Caracas: Academia Nacional de la Historia: Grijalbo, 1992; Rojas, José María. Crítica del discurso académico del general Guzmán Blanco. París: Pablo Dupont, 1883; Rondón Márquez, Rafael Ángel. Guzmán Blanco, el autócrata civilizador. Madrid: Imprenta García Vicente, 1952. 2 vols.; Wise, George S. Caudillo: a portrait of Antonio Guzmán Blanco. Nueva York: Columbia University Press, 1951.
Iconografía: La figura de Antonio Guzmán Blanco fue reproducida en vida de él en pintura, escultura, grabado, fotografía y numismática conmemorativa. Una de sus primeras imágenes fue la fotografía que lo muestra de cuerpo entero en traje de campaña, hecha probablemente a comienzos de la década de 1860, un ejemplar de la cual se conserva en la Biblioteca Nacional, Caracas. Un grabado hecho por Gabriel J. Aramburu hacia 1874, que lo muestra en uniforme de gala, de perfil, fue publicado en el libro de Fausto Teodoro de Aldrey y Rafael Hernández titulado Rasgos biográficos para la historia de la vida pública del general Guzmán Blanco, impreso en Caracas en 1876; esa imagen lleva la leyenda siguiente: «General Guzmán Blanco. Ilustre Americano, Pacificador y presidente de los Estados Unidos de Venezuela, en las campañas de 1870,1871 y 1872». En octubre de 1875 y enero de 1876, durante la primera presidencia de Guzmán Blanco (el Septenio), fueron erigidas en Caracas 2 estatuas suyas en bronce, cuyo escultor fue el artista francés Joseph-Alexis Bailly, establecido en Estados Unidos y el fundidor fue el norteamericano Robert Wood. La primera, ecuestre, había sido decretada por el Congreso Nacional en 1873 y fue colocada entre el edificio del Capitolio y el de la Universidad (hoy Palacio de las Academias); como el presidente sostenía su sombrero en alto, en actitud de saludar, el pueblo lo llamó El Saludante. La segunda, pedestre, tuvo su origen en acuerdo del Concejo Municipal del Distrito Federal del año 1874; fue colocada en la cima de la colina de El Calvario y la gente la bautizó con el sobrenombre de Manganzón. Ambas fueron demolidas por la reacción antiguzmancista en diciembre de 1878 y repuestas en sus lugares el 28 de octubre de 1879. En 1880 el pintor venezolano Martín Tovar y Tovar ejecutó en París un óleo de gran tamaño de Guzmán Blanco, que se conserva en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Casa Amarilla, Caracas. De fecha indeterminada, pero probablemente de la década de 1870, es una fotografía donde él aparece en compañía de una de sus hijas, la cual se halla reproducida, como las que luego se mencionarán, en el libro Guzmán Blanco íntimo (Caracas, 1969) de Rafael Ramón Castellanos. En 1883, con motivo del centenario del nacimiento de Simón Bolívar, se hicieron acuñar en Europa varias medallas en una de las cuales figuran los perfiles del rostro del Libertador y del de Guzmán Blanco; esta medalla está reproducida en el libro El Libertador en su centenario, una bibliografía, de Cira Naranjo de Castillo y Elke Nieschulz de Stockhausen (Caracas, 1983). El 26 de octubre de 1889, hallándose Guzmán Blanco en París retirado de la política activa, sus estatuas antes mencionadas fueron demolidas de nuevo; algunos fragmentos de una de ellas, la pedestre, fueron rescatados posteriormente y hoy se exhiben en la Fundación John Boulton, Caracas. Dos fotografías que lo muestran una en su escritorio y la otra vestido de civil deben corresponder a la última etapa de su vida, a mediados de la década de 1890. Hacia 1898 el pintor español Raimundo de Madrazo ejecutó un óleo del general, que pertenece a la colección de Juan de Mata Guzmán-Blanco.
Hemerografía: Vegas Rolando, Nicolás. «El testamento y la partición de los bienes dejados a la muerte del general Antonio Guzmán Blanco». En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas, núm. 294, abril-junio, 1991.
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