Caracas 14.9.1870 —
Caracas 20.2.1954
Ingeniero, banquero, educador e historiador. Restaurador, organizador y conservador del Archivo de Simón Bolívar, reconstructor de su Casa Natal y editor de la documentación del Libertador. Hijo de Ramón Lecuna Sucre y de Carmen Salboch Escobar. Por la rama paterna descendía de Vicente Lecuna Párraga, comisario del Ejército Libertador, y de Margarita Sucre Alcalá, hermana de Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho. Vicente Lecuna pasó su primera infancia en Cuba, adonde se trasladaron sus padres por motivos políticos y regresó a Venezuela con ellos en 1877. A partir de 1884 cursó estudios en la Universidad Central de Venezuela, donde se graduó de ingeniero civil en 1889. Se dedicó de inmediato al trabajo profesional; entre 1889 y 1890, en la construcción del ferrocarril central de Caracas a los valles del Tuy y luego, entre 1890 y 1894, en el ferrocarril alemán Caracas-Valencia. Participó también, hasta darle conclusión en 1895, en la construcción del mercado principal de Caracas. En 1896 inició su actividad docente como vicerrector de la escuela secundaria de Petare. Hacia esos años, realizó su primer viaje a Europa, donde visitó España, Francia e Italia. En 1898 se unió al movimiento armado conocido como Revolución de Queipa, acaudillado por el general José Manuel Hernández, el Mocho, que terminó en fracaso, aunque le costó la vida al general Joaquín Crespo, jefe de las fuerzas gubernamentales, caído en combate. Lecuna, como otros copartidarios, sufrió breve prisión. En 1900 funda en Caracas, en sociedad con Vicente Vallenilla Lecuna, un negocio de venta de maderas importadas y nacionales, todas aserradas en Puerto Cabello. Ambos después iniciaron operaciones bancarias con traslado de fondos entre Caracas y Puerto Cabello para importantes casas comerciales. En 1905 casó con Elena Escobar Llamozas. En 1911, la actuación de Lecuna contribuyó a impedir que se estableciese en Venezuela un monopolio bancario por el aventurero francés Paul Bolo, Bolo Pacha. De 1911 a 1920 ejerció la dirección de la Escuela de Artes y Oficios de Caracas, en la cual abrió una cátedra de Ciencias Físicas y Matemáticas que suplió por entonces a la de la clausurada universidad. En 1914, el ministro de Instrucción Pública Felipe Guevara Rojas le confió la ordenación y conservación de los documentos originales que formaban el Archivo de Bolívar, tarea que llevó a cabo Lecuna durante los años siguientes y que prosiguió luego hasta el fin de su vida, cuidando el archivo, incrementándolo, proveyéndolo de índices y facilitando su conocimiento a los estudiosos; con él colaboraron en esta tarea, de un modo permanente o en diversos momentos, Esther Barret de Nazarís, Julio Planchart, Cristóbal L. Mendoza, Pedro Grases, Manuel Pinto, Torcuato Flores y Manuel Pérez Vila. La Asamblea de accionistas del Banco de Venezuela le eligió en febrero de 1915, presidente del mismo, cargo que ejerció, con un breve paréntesis entre 1930-1932 hasta su fallecimiento. En 1916 asistió como delegado de Venezuela a la Conferencia Panamericana celebrada en Washington. Ese mismo año recibió del gobierno la misión de dirigir la restauración de la Casa Natal del Libertador, obra que quedó concluida en 1919. Durante esa época, preparó la edición del Atlas de Venezuela y publicó la primera de sus compilaciones documentales bolivarianas, Papeles de Bolívar (1917). El 17 de junio de 1918 se incorporó como numerario de la Academia Nacional de la Historia con un estudio sobre una de las campañas de Bolívar, Marcha de 1817 y combate de Clarines. Durante el período 1918-1921 fue senador por el estado Lara y como tal propuso en 1920 un proyecto de ley sobre minas e hidrocarburos que aumentaba la participación de la Hacienda Pública en la industria petrolera y reservaba a la Nación la explotación en el delta del Orinoco y en las bocas de los ríos navegables. De 1919 a 1928 presidió la Cámara de Comercio de Caracas; en el Boletín de esta publicó numerosos escritos de carácter económico-social; y en el de la Academia Nacional de la Historia temas históricos. Fue miembro, en 1921, de la Junta del colegio Chaves de Caracas. Ese mismo año falleció su esposa, poco antes de ser inaugurada, el 5 de julio, la Casa Natal del Libertador restaurada por Lecuna, quien fue nombrado Conservador ad honórem de la misma, cargo que ejerció hasta el fin de sus días. Además de conservar en ella el Archivo del Libertador colocó allí también, años más tarde, los archivos de Antonio José de Sucre y de José Rafael Revenga. Su experiencia como ingeniero de ferrocarriles en su juventud le llevó a proponer, aunque sin éxito, la extensión y creación de estas vías de comunicación en todo el país, especialmente en los llanos; en 1923 publicó, junto con su colega Germán Jiménez, un estudio económico sobre Ferrocarriles de Venezuela. En 1924, centenario de la batalla de Ayacucho, Lecuna publicó su obra en 2 tomos Documentos referentes a la creación de Bolivia; con un resumen de las guerras de Bolívar, que junto con los estudios históricos y cartográficos anteriores, hicieron que la Universidad de San Marcos de Lima le confiriese el doctorado Honoris Causa ese mismo año. En 1929-1930, con motivo de cumplirse 100 años de la muerte de Bolívar, editó en 10 tomos la colección de Cartas del Libertador. Durante el bienio 1930-1931 presidió el Colegio de Ingenieros de Venezuela y en 1931-1933 fue director de la Academia Nacional de la Historia. Desde ese último año hasta 1953 tuvo principalmente a su cargo la edición del Boletín de la Academia. Desde fines de la década de 1930 inició una campaña para salvar la vegetación de Caracas, en especial la ceiba de San Francisco y la arboleda de El Calvario, así como para establecer parques infantiles y sanear el barrio de El Silencio. En 1939 publicó Proclamas y discursos del Libertador. Ese año presidió el primer Congreso Bolivariano y fue nombrado durante el mismo presidente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, institución de la cual fue consejero general a partir de 1942. Sostuvo numerosas polémicas de carácter histórico, en especial la relativa a las cartas apócrifas de Bolívar y del prócer argentino José de San Martín publicadas por compatriotas de este último, la cual duró de 1943 a 1952, cuando Lecuna le dio término con su obra La Entrevista de Guayaquil; restablecimiento de la verdad histórica. En 1947 aparecieron los 2 volúmenes de Simón Bolívar, Obras Completas y en 1950 los 3 de la Crónica razonada de las guerras de Bolívar, fruto de 3 décadas de investigaciones. El primer Congreso Grancolombiano de Sociedades Bolivarianas reunido en Quito en 1947 le había dado el título de Primer Historiador Bolivariano de América. Cuando murió, tenía concluidos varios libros, que fueron publicados postumamente por la Fundación Vicente Lecuna.