El Tocuyo (Edo. Lara) 1.10.1764 —
Angostura (Edo. Bolívar) 20.9.1822
Presbítero. Doctor en derecho canónico, abogado de la Real Audiencia. Hijo del teniente Luis José Pérez Hurtado de Mendoza y de María Antonia Rodríguez Tamayo. Sus primeros estudios de latinidad, gramática latina y castellana y filosofía los realizó en El Tocuyo, para trasladarse posteriormente a Caracas a estudiar derecho civil y canónico en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, carrera que concluyó en la Universidad de Santo Domingo donde obtuvo el título de doctor en cánones el 15 de diciembre de 1790. A partir de ese momento se abocó a los estudios prácticos del derecho en el bufete de Juan Francisco Zárate en Caracas, entre enero de 1791 y mayo de 1792, y en Humocarobajo, en el bufete de Luis José Hurtado, desde junio de 1792 hasta 1795. La Real Audiencia de Caracas le confirió el título de abogado el 12 de julio de 1796. No se dispone de datos sobre sus estudios eclesiásticos ni de su ordenación sacerdotal. A fines de 1799, el canónigo José Antonio García Mohedano fue electo segundo obispo de Guayana; mientras recibía las bulas, se realizaba la consagración y tomaba posesión del cargo, nombró a Pérez Hurtado provisor y vicario general; este de inmediato se encargó en Angostura del Gobierno del obispado de Guayana hasta diciembre de 1801 cuando se posesionó el obispo, continuando en el empleo de vicario general hasta la muerte de García Mohedano, ocurrida el 17 de octubre de 1804; la curia metropolitana de Venezuela, con arreglo a las disposiciones canónicas y reales cédulas pertinentes, le expidió título formal de provisor o vicario capitular para que ejerciera el Gobierno del obispado durante la sede vacante del mismo. En 1809 asumió el obispado de Guayana el canónigo José Ventura Cabello; en esta oportunidad, Pérez Hurtado pasó a ser su asesor y abogado consultor. En julio de 1817 las fuerzas patriotas pasaron el río Orinoco y ocuparon la ciudad de Angostura; forzadas las tropas españolas a emigrar con rumbo a la isla de Granada, el jefe realista Miguel de la Torre obligó a monseñor Ventura, quien se encontraba enfermo, y a sus 2 canónigos, Felipe de Ávila y Pérez Hurtado, a acompañarlos en su huida; la fragata donde iban encalló en la desembocadura del Orinoco por lo que desembarcaron en un islote en medio del río; allí murió el obispo el 21 de agosto de 1817; rescatados por los republicanos, los 2 canónigos fueron regresados a la ciudad. Acéfala la diócesis, se reunieron en la catedral de Guayana los canónigos y eclesiásticos convocados a instancias del Gobierno republicano y el 25 de enero de 1818 eligieron a Pérez Hurtado como provisor vicario capitular y gobernador del obispado sede vacante, cargo que ejerció hasta su muerte. En una relación dirigida a la Santa Sede sobre la situación de la diócesis de Guayana desde su erección en 1790 hasta la fecha (15.1.1820), manifiesta Pérez Hurtado su simpatía por la causa independentista al señalar: «...Va para diez años que el Estado Republicano de Venezuela [...] ha sostenido una heroica y constante lucha para mantener su independencia y libertad política emancipándose enteramente del dominio de los españoles Europeos [...] es de advertir, que nuestros Republicanos se han coronado de laureles y repetidos triunfos que libremente nos ha concedido el Gran Dios de las Batallas...». De igual modo dirige una carta a Simón Bolívar, fechada en Angostura el 30 de julio de 1821, felicitándolo por el triunfo en Carabobo y la consolidación plena de la independencia.