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14 de febrero de 1936
14 de febrero de 1936

Día de especial trascendencia en el proceso de luchas populares contra la continuidad en el poder de lo que fue denominado «gomecismo sin Gómez» y por la democratización del país. La movilización ciudadana realizada en Caracas, el 14 de febrero de 1936, condujo al presidente de la República, general Eleazar López Contreras, a restituir en 7 días (el 21 de febrero) las garantías constitucionales suspendidas desde el 5 de enero; a derogar un decreto de censura y control sobre los periódicos y emisoras de radio, emitido el 12 de febrero por el gobernador del Distrito Federal, general Félix Galavís; a la destitución y posterior enjuiciamiento de este, acusado de ordenar el abaleamiento de grupos concentrados en la plaza Bolívar esa mañana del 14 de febrero; a la remoción de muchos otros funcionarios gubernamentales provenientes del régimen de Juan Vicente Gómez y, finalmente, a la presentación de un programa de gobierno, el llamado «Programa de febrero». Los hechos que culminaron en tan significativas iniciativas se sucedieron de la siguiente manera: desde el 17 de diciembre de 1935, apenas anunciado el fallecimiento del general Juan Vicente Gómez, manifestaciones diversas, huelgas, saqueos a propiedades de personeros del gomecismo y otras protestas comenzaron a ocurrir en todo el país. Esta reacción antigomecista fue tomada por el recién instalado presidente López Contreras como excusa para suspender las garantías constitucionales, el 5 de enero de 1936, la que a su vez utilizó el gobernador del Distrito Federal para crear, primero, una Oficina de Censura (28 de enero) y emitir luego el mencionado decreto restrictivo del 12 de febrero. La actitud de rechazo de este decreto fue general, al punto de que los miembros de la Junta de Censura, designada el 28 de enero, renunciaron a sus cargos el 13 de febrero en la mañana. Ese mismo día, en reunión convocada de urgencia, los directores y periodistas de la prensa caraqueña convinieron en protestar ante el gobierno de la manera más enérgica, elaborando en tal sentido un documento que circuló profusamente como hoja volante. En poco tiempo, el mismo 13 de febrero, la prensa capitalina obtuvo la solidaridad de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), Asociación de Escritores de Venezuela (AEV), Asociación Nacional de Empleados (ANE), gremio de linotipistas y trabajadores de Artes Gráficas, Asociación Cultural Femenina y otros gremios y organizaciones, todos los cuales adhirieron al documento de los periodistas y llamaron a un paro general. A tiempo que lo anterior tenía lugar, las noticias corrían por la ciudad y ya antes del mediodía de ese 13 de febrero una considerable multitud se había congregado en la plaza Bolívar, frente a la gobernación, en plan pacífico. En la tarde los directores de periódicos y emisoras de radio conversaron con el presidente López Contreras, quien prometió libertad de pensamiento sin cortapisas y, por ende, la supresión de la censura. Esta promesa no satisfizo a la gente de la prensa, ni al resto del movimiento popular, pues no significaba nada si se mantenían suspendidas las garantías constitucionales. El 14 de febrero de 1936 en la mañana la situación se mantenía sin cambios y nuevamente se fueron concentrando en la plaza Bolívar numerosas personas. La actitud de la gente seguía siendo de expectativa sin violencias, y algunos portaban carteles con leyendas como «Queremos prensa libre-No somos comunistas» y «Queremos garantías». Hacia las 9 de la mañana, los reunidos aprobaron la propuesta de integrar una Junta Patriótica, cuyos miembros fueron Jorge Luciani, quien había renunciado a la Junta de Censura el día anterior; Miguel Acosta Saignes, Rolando Anzola, Manuel Felipe Rugeles, Ernesto Silva Tellería, Hernani Portocarrero y Raúl Osuna. Varios de ellos se dirigieron a la concurrencia, comprometiéndose a mantener la lucha por la democracia y exhortándolos a organizarse para la acción cívica. Cuando esto se desarrollaba, desde el edificio de la Gobernación del Distrito Federal fue repentinamente tiroteada la multitud, muriendo al menos 6 personas y resultando heridas unas 150. No obstante la agresión, con sus fatales consecuencias, la concentración popular se mantuvo sin disolverse. En medio de los acontecimientos, algunos pintaron letreros en las paredes de la gobernación y otros edificios, utilizando para ello inclusive sangre y expresando consignas tales como «Muera Galavís» y «Abajo los asesinos del pueblo», mientras otros, llevados por la furia, saquearon residencias de personas vinculadas a Gómez. Luego del tiroteo, la gran incógnita presente entre los manifestantes era si el general López Contreras tenía responsabilidad en la masacre; pues de ser así, ello significaba que su intención era prolongar la dictadura y la represión negándose a la apertura democrática. Esa interrogante comenzó a ser disipada cuando se esparció la noticia de que el general Félix Galavís había sido destituido por el presidente de su cargo de gobernador del Distrito Federal. Tal noticia se confirmó más tarde, cuando habiéndose dicho que Galavís sería sustituido por el general Elbano Mibelli -opositor y víctima del gomecismo- este apareció en la plaza Bolívar dirigiéndose hacia el edificio de la Gobernación, desde donde -acompañado de los doctores Atilano Carnevali y Andrés Eloy Blanco- se dirigió a los manifestantes. A estas alturas de los acontecimientos, algunos integrantes de la Federación de Estudiantes de Venezuela se entrevistaban con el presidente López Contreras, al cual solicitaron la restitución de las garantías constitucionales, la liquidación del gomecismo en el gobierno y la libertad de los presos políticos. El general López Contreras ofreció a los estudiantes que dentro de los 15 días siguientes estarían nuevamente en vigencia las garantías y que progresivamente se erradicarían del gobierno los representantes del régimen de Gómez. Mientras esa entrevista se realizaba, la Junta Patriótica de Caracas -designada esa misma mañana- difundía una convocatoria por la ciudad para llevar a cabo en la tarde del propio 14 de febrero una manifestación o marcha cívica. Esa convocatoria fue respaldada unánimemente por las organizaciones populares. La manifestación fue encabezada por el rector de la Universidad Central de Venezuela, Francisco Antonio Rísquez y los profesores y estudiantes de esa casa de estudios, a los cuales siguieron dentro del mayor orden los periodistas, los médicos, abogados e ingenieros, las agrupaciones culturales femeninas, la Federación de Estudiantes de Venezuela, la Asociación de Escritores, la Asociación de Antiguos Universitarios, la Asociación de Empleados de Comercio, los gremios de linotipistas, trabajadores de artes gráficas, tranviarios, choferes, panaderos, albañiles, vendedores de mercados y el pueblo en general. Partiendo de la plazoleta de la universidad, la marcha se dirigió en primer término hacia el Palacio de Miraflores y luego continuó hasta el Panteón Nacional. En el primer sitio, sede de la Presidencia de la República, hizo un alto mientras los organizadores del evento sostenían otra entrevista con el general López Contreras, solicitándole nuevamente ante la multitud los ofrecimientos que hiciera horas antes a la Federación de Estudiantes. Logrado ese propósito, los manifestantes entonaron el Himno Nacional y Jóvito Villalba, presidente del Comité Directivo de la Federación de Estudiantes de Venezuela, declaró culminada la marcha.

Tema relacionados: López Contreras, Eleazar, gobierno de.

Autor: Manuel Beroes P.
Bibliografía directa:

Hermoso, José Manuel. 1936: programas contra poder: historia de la movilización popular. Valencia: Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad de Carabobo, 1991; Legorburu, Federico de. Crónica del 36. Caracas: s.n., 1937; Galavís, Félix. Breves palabras a mis compatriotas. Caracas: s.n., 1936;--. Copia del expediente contentivo del juicio instaurado con motivo de los sucesos del 14 de febrero de 1936. Caracas: s.n.,1937; Lanz, Sigfrido. Balance político del año 1936. Caracas: Universidad Santa María, 1986.

Hemerografía: Abinadé, José. «Las 24 horas que conmovieron a Venezuela: el 14 de febrero de 1936 se produjo la primera tragedia popular»- En: El Diario de Caracas. Caracas, febrero 14, 1986; Buitrago Segura, Luis. «12 horas que cambiaron la historia de Venezuela». En: El Nacional. Caracas, febrero 14, 1986; Fuenmayor, Euro. «50 años del 14 de febrero: la primera gran victoria de la unidad del pueblo». En: El Nacional. Caracas, febrero 14, 1986.
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