Este lema empezó a ser usado hacia mayo de 1859, como antefirma, en los documentos de los partidarios de la Federación, en el curso de la Guerra Federal; a partir de entonces se institucionalizó y durante muchos años fue de rigor anteponerlo a la firma de los funcionarios en las comunicaciones oficiales. Además, por decreto del presidente Juan Crisóstomo Falcón de 29 de julio de 1863, la inscripción «Dios y Federación» debía figurar en una cinta colocada en la parte inferior central del escudo nacional; esta disposición quedó derogada en cuanto al escudo, en julio de 1930, aunque como antefirma siguió usándose. La más antigua mención de ese lema que se conoce en la historia de Venezuela es del año 1835. El 8 de julio de ese año estalló en Caracas la llamada Revolución de las Reformas, a la cual se adhirió la provincia de Cumaná el 15 del mismo mes. Con motivo de esos sucesos, el comandante reformista José Vallenilla Centeno suscribió en San Juan de Maracapana y en El Cascajal, en las cercanías de Cumaná, varios oficios dirigidos a las autoridades de esa ciudad, en los cuales se usaba el lema «Dios y Federación». Estos documentos fueron luego reproducidos en La Revista Oriental que se editaba en Cumaná, núm. 5, de fecha 5 de agosto de 1835. No se conoce ningún testimonio de que el lema de Vallenilla llegase a ser adoptado por otros jefes reformistas; en todo caso, con la derrota del movimiento cayó en desuso. Renació en 1859 en tierras de Portuguesa, Barinas y Apure, a comienzos de la Guerra Federal, sin que pueda decirse si quienes lo usaron en esta época tuvieron conocimientos del antecedente de 1835. Hay, sin embargo, un hecho significativo. Durante la Revolución de las Reformas el joven militar Blas Bruzual fue uno de los principales ayudantes del comandante Vallenilla en Cumaná y además era colaborador de La Revista Oriental, en la cual apareció publicado el lema «Dios y Federación». Conocía bien, por consiguiente, este lema. Al ser derrotados los reformistas, Bruzual buscó refugio en Nueva Granada, donde participó durante varios años en las luchas civiles al lado de caudillos liberales como José María Obando. Allí pudo conocer al liberal neogranadino José Antonio Linares; este último se trasladó más tarde a Venezuela, se estableció en la región de Portuguesa y a comienzos de 1859 acaudilló la rebelión de los llamados «indios de Guanarito», la cual constituyó uno de los primeros focos del movimiento insurreccional federalista en los llanos. En una proclama que el 26 de junio de 1859 dirigió Linares a sus soldados desde Barinas (ya ocupada por los revolucionarios), les decía, refiriéndose a sucesos de comienzos de aquel mismo año: «...Me jurasteis por Dios y la Federación, en los espesos y silenciosos bosques de Guanarito, ser libres o morir...». El lema «Dios y Federación» estaba, pues, en el ambiente, entre los partidarios del federalismo en la región de los llanos a comienzos de 1859. En cambio, ni el general Ezequiel Zamora ni ninguno de sus conmilitones que habían desembarcado en Coro en febrero de ese año se valieron de ese lema entonces; tampoco lo hizo, al principio, el general Falcón. Tradicionalmente, a partir de las aseveraciones de los historiadores José Gil Fortoul y Francisco González Guinán, basados ambos en datos del investigador Manuel Landaeta Rosales, la primacía en el uso del lema «Dios y Federación» como antefirma en la correspondencia se atribuye al francés Carlos Enrique Morton de Keratry quien, en 1859, ejercía funciones de médico en la villa de Nutrias y se incorporó al movimiento federalista desde sus comienzos. El historiador Lisandro Alvarado, por su parte, dice que esta antefirma fue «imaginada» por Francisco Iriarte (que poco después fue secretario de Zamora) y por Morton. El examen de la correspondencia de los caudillos de la Federación que se ha salvado de los avatares bélicos, ha permitido comprobar que el documento más antiguo en donde figura como antefirma el lema «Dios y Federación» es una comunicación suscrita por Henrique Morton fechada en Puerto Nutrias el 23 de mayo de 1859, dirigida al general Ezequiel Zamora; en ella, Morton informa a su jefe que se ha visto en la necesidad de ejecutar a Prudencio Figueredo y varios compañeros de este, que militaban en las filas federales, por indisciplinados. La fórmula, al principio, se extendió lentamente. El 25 de junio, desde Niquitao, la utilizaba el comandante Pablo Chirinos en correspondencia enviada a Zamora; este, en cambio, al contestarle desde Barinas el día 28, todavía se despedía con la fórmula habitual «Soy de usted muy atento servidor». La primera comunicación oficial de Zamora que se conoce, en donde figura como antefirma «Dios y Federación» es la enviada desde Barinas el 22 de julio de 1859 a Juan Bruno Delgado, jefe civil de Achaguas. A partir de entonces el lema se hace más y más frecuente en los documentos emanados de Zamora y de sus subordinados, hasta generalizarse. A partir de septiembre de 1859, lo usa regularmente el licenciado Francisco Iriarte, auditor de guerra y secretario general de Zamora. Más adelante, lo adoptarán también, entre otros, los generales Falcón y Antonio Guzmán Blanco. No se conoce ninguna orden de los jefes de la Federación que disponga el uso obligatorio de esta fórmula de despedida, de lo cual se deduce que surgió espontáneamente y que así se fue extendiendo a partir del más antiguo documento conocido, que es el de Morton. Algunos jefes la modificaron, escribiendo «Dios, Federación o muerte», pero lo que prevaleció fue «Dios y Federación». Este lema tuvo, pues, 2 etapas: la primera en Cumaná, de efímera duración, lanzada por José Vallenilla Centeno en julio de 1835; la segunda, difundida en los llanos por Morton de Keratry en mayo de 1859, que se extendió luego a todo el país, llegó a figurar en el escudo nacional y duró casi un siglo como antefirma. Siempre cabe la posibilidad de que el descubrimiento de nuevos documentos originales del período de la Federación confirme la primacía de Morton en la segunda etapa, o permita precisar si Linares, o Iriarte, o algún otro caudillo federal, se le adelantó en el uso del lema.
Temas relacionados: Guerra federal; Revolución de las Reformas.
ALVARADO, LISANDRO. Historia de la Revolución Federal en Venezuela. 4a ed. Caracas: Oficina Central de Información, 1975; CABALLERO, MANUEL. Ni Dios ni Federación. Caracas: Editorial Planeta, 1995; LANDAETA ROSALES, MANUEL. Biografía del Valiente Ciudadano General Ezequiel Zamora. Caracas: Oficina Central de Información, 1975; OLAVARRÍA, JORGE. «Dios y Federación»: el fetichismo federal en el pasado, presente y futuro de Venezuela. Caracas: Fundación para una Nueva República, 1988.