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Los Teques

Capital del estado Miranda y del municipio Guaicaipuro del mismo estado, se encuentra situada al SO de Caracas, a 10° 21' 00" de latitud N y a 67o 02' 30" de longitud O de Greenwich, a una altura de 1.169 m sobre el nivel del mar. Se localiza en la cordillera de la Costa, a orillas del río San Pedro, que desciende de tierras situadas al NE. La topografía accidentada de su territorio da origen a quebradas y valles estrechos, que cubren manchas de bosques y sabanas y sembradíos de hortalizas y flores, rodeados de montañas que se acercan a los 2.000 m. Esta región aparece en la historia desde los orígenes mismos de la conquista, por ser la tierra del legendario cacique Guacaipuro, uno de los máximos exponentes de la resistencia indígena frente al conquistador español y quien murió en 1568 en combate contra Francisco Infante, a la época alcalde de Caracas y enviado especial del conquistador Diego de Losada para reducir al cacique. Los Teques ya era célebre por sus minas de oro, a las cuales estuvieron ligadas muchas acciones bélicas de los conquistadores Francisco Fajardo, Pedro de Miranda, Pablo Collado, Juan Rodríguez Suárez y Garci González de Silva. Para el año 1600 Los Teques formaba parte de una encomienda que perteneció a Francisco Tostado de la Peña y a Andrés González; 70 años más tarde estas mismas tierras eran patrimonio de Juan de Ascanio y Correa de Benavides y para finales de ese siglo las llamadas «tierras de Los Altos» que conformaban buena parte de lo que es hoy el distrito Guaicaipuro, eran propiedad de Diego de Miquilena, quien las vende en 1684 a Melchora Ana Tovar y Bañez, viuda del capitán Juan de Ascanio y Guerra. Poco a poco y particularmente en el siglo XVIII, la región va poblándose principalmente de naturales de la islas Canarias, quienes cubren el paisaje de sembradíos y pequeños hatos ganaderos, que justifican la erección del pueblo el 21 de octubre de 1777, luego de 5 años de gestiones, iniciadas cuando el obispo Mariano Martí realizara su visita pastoral, encontrando en el sitio de Los Teques 99 personas, y en sus proximidades otros caseríos: Pueblo Nuevo, Retamal, San Corniels y Corozal. Para 1781 son ya 1500 los pobladores, Alejandro de Humboldt la menciona como «un pueblucho miserable» en 1800, y ya para 1805 tenía 2.800 habs. A finales de 1810 y luego de un largo litigio, las poblaciones de San Pedro de los Altos y Carrizal se separan civilmente de Los Teques, al que pertenecían. A pesar de su privilegiada situación e importancia demográfica, Los Teques, al parecer, no fue escenario de grandes acontecimientos durante la Guerra de Independencia; no obstante, se conocen las actividades patrióticas que en 1809 desplegaba el padre Miguel Santana, que culminaron con su detención en 1813, siendo luego reivindicado y restituido a Los Teques, y nuevamente apresado y recluido en los calabozos de la «Casa de Ejercicios» en Caracas. El 3 de agosto de 1813 se formó la Compañía de Voluntarios de Los Teques y San Antonio compuesta por unos 100 hombres, que se disolvió en pocos días. En esa época el único hecho destacado fue el nombramiento del primer justicia mayor, ocurrido en enero de 1811. La importancia del pueblo siguió creciendo y en 1854, por disposición del Congreso Nacional, se creó el cantón Guaicaipuro, con Los Teques como cabecera del cantón, que además comprendíalas parroquias de San Diego, Paracotos, San Antonio, Carrizal, San Pedro y Macarao (esta última hoy parroquia del Distrito Federal). Cuatro años más tarde el antiguo curato es elevado a la categoría de vicaría general, con jurisdicción en los pueblos de Los Altos. Ya para entonces muchas de las montañas se habían transformado en haciendas de café, que producían el suficiente grano para mantener una intensa actividad económica en el pueblo y sus alrededores. En 1891, el actual territorio del municipio estuvo dividido en 2: el municipio Los Teques, conformado por los barrios El Guarataro, El Trigo, El Alambique, El Barbecho, El Rincón, Río Arriba, Santa Rosa, Quebrada de la Virgen, Las Lagunetas, La Francia y Las Guamas; y el municipio San Juan, que comprendía La Mata, Vueltalarga, La Cañada, Retamal, El Corozal, Camatagua, Corozalito, Puertas Morochas, Guayas, Guayitas, El Jabillal, Chacao (sic), Guaremal y Naigua, y según el censo de ese año, todos en conjunto tenían una población de 5.012 habs., con 2.919 habs. para Los Teques. Entre septiembre y octubre de 1892, cuando ocurría la llamada «Revolución Legalista», el sitio de Los Colorados, cercano a Los Teques, fue escenario de uno de sus más cruentos combates, al enfrentarse las fuerzas del general Joaquín Crespo, al mando del general Ramón Guerra, con las tropas del general José Ignacio Pulido, que representaba el tambaleante gobierno de Raimundo Andueza Palacio. En lo administrativo, Los Teques alcanzó el rango de capital de estado en 1927, mucho después de la creación del estado Miranda por la Constitución del 29 de marzo de 1901; ya antes habían sido capitales Petare (1900-1904) y Ocumare del Tuy (1904-1927) y para ello fue necesario que el general Juan Vicente Gómez, constituyera el Distrito Federal y el distrito Guaicaipuro se adscribiera al estado Miranda en 1909. A pesar de sus cualidades agrícolas y ser asiento del poder político, la ciudad tuvo y conserva unas inigualables condiciones residenciales, por ello durante muchos años fue un privilegiado lugar de «temperamento», donde acudían los temporadistas de Caracas y otras ciudades en busca de un clima frío y seco, que para principios de siglo se consideraba como muy favorable para la cura de la tuberculosis, construyéndose incluso un hospital, el «Padre Cabrera», especialmente para estos enfermos. Para 1910 la ciudad poseía un fácil enlace con la capital de la República, a través del Gran Ferrocarril de Venezuela y por medio de una carretera relativamente moderna que llegaba hasta La Victoria (Edo. Aragua). Por el mismo tiempo se construyó el parque Knoop, llamado también «Los Coquitos», que poseía y aún posee una interesante colección de plantas autóctonas y exóticas, y el cual fue creado por Gustavo Knoop, directivo del Ferrocarril Alemán, quien a lo largo de la vía férrea dejó muchos otros bosques, entre ellos el de El Encanto, a escasos 7 km de Los Teques. Fueron esos años de indudable acontecer tranquilo, donde se conjugaban la belleza del paisaje, la dulzura del clima y la vida apacible de residentes y temporadistas. De allí debieron surgir 2 clubes sociales que en cierta manera recuerdan una vieja rivalidad entre una parte de la ciudad llamada «El Llano de Miquilén», donde se encuentra el Club Centro de Amigos; y «El Pueblo», donde se ubica el Club Miranda. Paralelamente a ellos, en 1940, el Centro Cultural Cecilio Acosta desarrolló una intensa actividad cultural. Quienes visitaban la ciudad debían ir al parque Knoop, a los cerros de La Cruz y Pan de Azúcar, a la cueva de Guaicaipuro y asistir a las retretas de la plaza Bolívar, en medio de la neblina. Cerca de la cueva de Guaicaipuro se encuentran las llamadas «Minas de San Corniels» donde se intentó extraer oro de las cuales quedan algunas instalaciones en la quebrada de Santa María. En 1912 los salesianos fundaron el liceo San José, de dilatada trayectoria docente, y en 1940 se instaló el liceo Francisco de Miranda. En 1950 se estableció la Escuela de Formación de Guardias Nacionales y en 1965 la vicaría general de Los Teques fue elevada a obispado, siendo su primer obispo monseñor Juan José Bernal, con jurisdicción en 37 parroquias. En 1970 se instala en tierras próximas a la Quebrada de la Virgen, el Instituto Científico y Tecnológico de la Industria Petrolera Nacional (INTEVEP), y en 1971 inicia sus actividades el Colegio Universitario de la región capital. En octubre de 1979 se funda el Ateneo de Los Teques. En el presente siglo han aparecido numerosos periódicos y revistas, la mayoría de ellos de muy corta duración. Entre los periódicos destacan: El Trabajo (1908), Frente (1941), Rúbrica (1943), Unidad (1959), Guaicaipuro (1960), Pantalla (1963), El Pueblo (1964), Alerta Mirandino (1967), El Tequeño (1975) y las revistas Letras (1968), Revista Mirandina de Educación y Cultura (1948), Revista del Estado Miranda (1951) y Sigma (órgano del Colegio Universitario). Actualmente se publican Impacto (1973), el bisemanario Miranda (1976), Avance y el diario La Región. Radiodifusora Radio Metropolitana. Los Teques censó en 1981 117.270 habs. y 140.617 en 1990. Dependen de ella las parroquias: Altagracia de la Montaña, Cecilio Acosta, El Jarillo, Los Teques, Paracotos, San Pedro y Tácata. En sus aledaños se han desarrollado varias urbanizaciones de clase media, otras están en proceso, y junto con ellas han proliferado numerosos barrios marginales, producto del violento proceso urbano iniciado en la década de 1950, cuando en Caracas se produjo el desalojo masivo de barrios pobres para la construcción de las grandes urbanizaciones populares, como el 23 de Enero. En razón a todo ello, Los Teques dejó de ser la ciudad apacible y bucólica «El Pueblo de la Bruma», para entrar a formar parte de las ciudades dormitorio que rodean a Caracas, por lo que su clima, su topografía y sus demás características de pueblo han cambiado, convirtiéndose prácticamente en un suburbio de la capital de la República, donde coexisten las fallas de la ciudad y las carencias pueblerinas.

Autor: José Balbino León Quijada
Bibliografía directa: Bulhosa T., Zoraida. Los Teques, un desarrollo urbano bajo la influencia de Caracas. Los Teques: Italgráfica, 1994; Castillo Lara, Lucas Guillermo. Una tierra llamada Guaicaipuro. 2a ed. Caracas: Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, 1980; Cedeño de Macero, Gladys. Así era mi pueblo. [Los Teques]: Gobierno del Estado Miranda, 1991;García, José V. Estudio socio-económico de la ciudad de Los Teques. Caracas: Instituto Nacional de Obras Sanitarias, 1967; Laydera Villalobos, Aníbal. Historia de Los Teques. Los Teques: s.n., 1977; Malpica Terán, José Rafael. Los Teques en mis recuerdos: sitios, hechos y personajes. Los Teques: Editorial Abre Brecha, ¿1991?; Mannarino, Carmen. Era un mundo de rieles. Los Teques: Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, 1984; Muñoz, Pedro José. Salutación y elogio: discurso pronunciado en la Junta Solemne celebrada por la Academia Nacional de la Historia en Los Teques, en la conmemoración del bicentenario de la ciudad. Caracas: Imprenta del Congreso Nacional, 1977; Rodríguez, Adolfo. Los Teques: historia en sol menor: 1777-1977. Los Teques: Colegio Universitario de Los Teques, 1977.
Hemerografía: Ramos Guédez, José Marcial. «Breve esbozo histórico de Los Teques». En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas, núm. 244, octubre-diciembre, 1978.
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