Cumaná (Edo. Sucre) 9.6.1890 —
Ginebra 13.6.1930
Poeta. Hijo de Jerónimo Ramos Martínez y Rita Sucre Mora, sobrina nieta del mariscal Antonio José de Sucre. Cursa sus primeras letras en Cumaná bajo la tutela de Jacinto Alarcón. Posteriormente sigue estudios en Carúpano, en la escuela de Jesús Martínez Mata. En 1902 vuelve a Cumaná, donde continúa sus estudios secundarios en el Colegio Nacional. Mientras tanto, Ramos Sucre ha ido desarrollando y consolidando una notable cultura universal que, entré otras cosas, se reflejaría en el dominio de varios idiomas. Para ese momento ha aprendido latín, francés, italiano y alemán. En 1910 sé gradúa de bachiller y en 1913 se dirige a Caracas, donde cursa la carrera de derecho en la Universidad Central de Venezuela para obtener, en 1917, el grado de doctor en ciencias políticas. Durante esa época, aprovechando un largo intervalo provocado por el cierre de la Universidad (1912), Ramos Sucre aprende griego, danés, sueco y holandés, alimentando así su ya extensa cultura literaria. Desarrolla igualmente una amplia labor como docente en diversos centros educativos, entre los que destaca el liceo Andrés Bello. Comparte esta labor con la de intérprete y traductor de la Cancillería, cargo que ocupará durante 14 áños (1915-1929). En 1929 inicia una breve carrera diplomática. Es nombrado cónsul general de Venezuela en Ginebra, ciudad donde toma la decisión de suicidarse. Ramos Sucre publicó diversos textos poéticos entre 1921 y 1929. En ellos se pone de relieve el sólido conocimiento que tiene del mundo cultural de Occidente. Su universo poético recoge en cierta forma la actitud desarraigada, taciturna y solitaria que él mismo sostuvo frente a la sociedad en que le tocó vivir. Su descontento era motivado por la mediocridad que, según él, caracterizaba al medio artístico e intelectual venezolano de su época, donde aún predominaba el gusto por una poesía tradicionalista y retórica, o por las manifestaciones de un modernismo degradado. En ese contexto debe entenderse la imagen de Ramos Sucre como la de un extranjero en su propia tierra. También esta situación explicaría la definición de «raro», que aún se maneja en la actualidad con relación a su personalidad y a su obra. Su obra poética ha sido ubicada como «postmodernista», o como «prevanguardista». De hecho, en 1928, colaboró en el único número de la revista Válvula, órgano expresivo de los jóvenes escritores de vanguardia, de los que en cierta forma recibía un reconocimiento. Además de los problemas de clasificación en un movimiento literario determinado, la obra de Ramos Sucre escapa a una división rígida de la literatura por géneros. Algunos críticos hablan de su obra como de una «prosa lírica». Sus textos se caracterizan por la libertad formal y las visiones poco comunes con las que construye su universo poético, donde predomina una fusión de elementos reales y fantásticos, así como una atmósfera onírica. Los planteamientos estéticos, renovadores con respecto al gusto vigente, motivaron la repulsa de sus propuestas y un silencio que duró varias décadas. Fue solo durante la década de 1960 cuando los escritores de los grupos Sardio y Techo de la Ballena rescataron su obra poética del olvido.