Petare (Edo. Miranda) 4.12.1893 —
Petare (Edo. Miranda) 12.3.1967
Pintor. Fue el segundo entre 5 hermanos, hijos de Carmela Rivas. Su padre, Prudencio García, músico y compositor, desde 1904 fue director de la banda del departamento Sucre, con sede en Petare. Bárbaro vivió al lado de su madre durante su niñez, si bien estuvo cerca de «misia Daniela», una dama que más tarde contrajo matrimonio con el maestro García. Fue «...aquella buena mujer [escribe Francisco Da Antonio] la que le enseñó cuanto había de aprender de la vida del Pastor Galileo, de la bondad y de la Omnipotencia de Dios y de las seducciones y peligros del Maligno...». No se tiene noticia de que Rivas haya cursado estudios formales de ningún tipo. El terremoto de 1900, cuando tenía 7 años; y el paso del cometa Halley, en mayo de 1910, cuando contaba 17; son 2 hechos que le impresionan y que recuerda siempre. Hacia 1920 trabaja como peón y banderero en el ferrocarril alemán del este que pasa por Petare en la ruta de Caracas a los valles del Tuy. Hacia 1923 pinta en la pared exterior de su casa, en el barrio petareño de Caruto, un mural que representa a Jesús predicando en Jerusalén. En 1926, se instala en el sitio de El Calvario, en las afueras de Petare y realiza sus primeros cuadros «de caballete», como El rebaño y Paisaje de Baruta. En 1937 pierde su empleo en el ferrocarril y sufre una grave y prolongada enfermedad. Cuando se restablece, pinta La fábrica de chocolates. A partir de entonces, trabaja de albañil y pintor de brocha gorda, sin abandonar su creación pictórica, calificada de «ingenua» o «naïf», hasta 1950, cuando sufre otra crisis que lo mantiene inactivo por 3 años. De alrededor de 1950 son El rey Herodes y Los venaditos y de 1953, Antigua entrada de Petare y La salida de este mundo. La mayoría de sus obras conocidas son posteriores. A partir de 1949; había entrado en relación con el crítico de arte Francisco Da Antonio, quien estudia sus obras y promueve su exhibición. En 1953, 2 de ellas son expuestas en Maracay. En 1954, participa en el XV Salón Oficial, en el Museo de Bellas Artes de Caracas. Ese mismo año, recoge a un niño abandonado, Jesús María Escalona, quien figurará en varias de sus obras, como El encuentro (1955), El arresto de Escalona (1958), y La fuga de Escalona (hacia 1962). En 1956 participa en la exposición Siete Pintores Espontáneos y Primitivos de Petare en el bar Sorpresa de esa población y en el XVIII Salón Oficial del Museo de Bellas Artes de Caracas, donde su Barrio Caruto en 1925 (pintado en 1955) obtiene el premio Arístides Rojas. El mismo museo organiza, en octubre de 1956, una exposición retrospectiva de Rivas. A partir de ese momento, son frecuentes las exhibiciones de obras suyas, en Venezuela y en el exterior. Obtiene mención honorífica en la Bienal de São Paulo (1957). En 1959, un incendio destruye su casa y parte de sus cuadros, pero continúa pintando a pesar de que su salud se ha deteriorado. De 1960 son, entre otros, La adoración de los pastores y Jesús en el huerto de los Olivos. Ese año vuelve a recibir el premio Arístides Rojas en el XXI Salón Oficial con su obra El ferrocarril de la Guaira (1957). En 1961, el Museo de Bellas Artes adquiere La casa del pintor (realizada en 1958), primera obra de un artista ingenuo que ingresa a la colección del museo. De 1962 son Los que esperan, Autorretrato con bastón, El tren de Petare, de 1964 La retreta de la plaza Sucre, El Nazareno de Petare, Pelea de gallos, de alrededor de 1965, El cementerio, Fray José de Maraury, y varios autorretratos; de alrededor de 1966, Las tres casas, El Nacimiento, Autorretrato con gato. En agosto de este año se realiza la última exposición individual en vida del artista en la Galería XXII. En febrero de 1967 ingresa en el hospital Pérez de León de Petare, donde muere.